El representante federal Mario Díaz-Balart forma parte del Grupo de los Siete, una alianza bipartidista que busca lograr un acuerdo sobre la reforma migratoria. ALEXIA FODERE / ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
El representante federal Mario Díaz-Balart forma parte del Grupo de los Siete, una alianza bipartidista que busca lograr un acuerdo sobre la reforma migratoria. ALEXIA FODERE / ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

Alfonso Chardy

Publicado el domingo 08 de septiembre del 2013

El representante federal Mario Díaz-Balart forma parte del Grupo de los Siete, una alianza bipartidista que busca lograr un acuerdo sobre la reforma migratoria. ALEXIA FODERE / ESPECIAL/EL NUEVO HERALD
El representante federal Mario Díaz-Balart forma parte del Grupo de los Siete, una alianza bipartidista que busca lograr un acuerdo sobre la reforma migratoria. ALEXIA FODERE / ESPECIAL/EL NUEVO HERALD

Mucho antes de que el Grupo de los Ocho diera a conocer su proyecto de reforma migratoria en el Senado, un grupo similar —ahora conocido como el Grupo de los Siete— comenzó a redactar su propia propuesta en la Cámara de Representantes, casi en secreto.

Hoy día, el destino de la reforma migratoria bien puede depender de los esfuerzos de los legisladores que conforman el Grupo de los Siete, que —al igual que el grupo del Senado— tiene fuertes nexos con el sur de la Florida.

Cada grupo bipartidista cuenta entre sus miembros a un prominente cubanoamericano republicano de Miami-Dade: Marco Rubio en el Senado y Mario Díaz-Balart en la Cámara.

Si bien la propuesta del Grupo de los Ocho del Senado es ahora ampliamente conocida, los esfuerzos del Grupo de los Siete en la Cámara han permanecido en gran medida en la oscuridad porque el proyecto sigue siendo hasta cierto punto secreto y ninguno de sus miembros ha querido proporcionar una descripción detallada del contenido.

El Nuevo Herald, sin embargo, ha podido reconstruir la historia del Grupo de los Siete en la Cámara de Representantes, entrevistando extensamente a algunos de sus miembros —incluyendo a Díaz-Balart.

Las entrevistas indican que hay similitudes, pero también diferencias, entre las versiones de la Cámara y el Senado.

La propuesta del Grupo de los Siete parece ser menos indulgente con los inmigrantes indocumentados que la propuesta del Senado. Pero lo más interesante es que la propuesta de la Cámara fue elaborada mucho antes de que existiese el Grupo de los Ocho al que pertenece Rubio y cuya propuesta fue aprobada por el Senado en junio.

El primer borrador

Los miembros del grupo original en la Cámara de Representantes dicen que el borrador inicial de su proyecto fue redactado a finales del 2009 o a principios del 2010, pero su contenido nunca se filtró.

La representante Zoe Lofgren, demócrata por California, le dijo al diario The National Journal en abril del 2012 que tenía “bajo llave el borrador de un amplio proyecto de ley de inmigración acordado en secreto por negociadores republicanos y demócratas” durante el Congreso anterior.

“Los grandes acuerdos se hicieron”, recordó Díaz-Balart . “Los principales temas fueron acordados”.

Uno de los principales acuerdos es que los inmigrantes indocumentados que se presenten a pedir documentos serian puestos inicialmente en estatus de “libertad condicional” o “probation” por cinco años y luego en estatus de residencia temporal durante cinco años más antes de poder solicitar una tarjeta verde de residencia permanente.

En el proyecto de ley del Senado, los inmigrantes indocumentados que se registren con el gobierno federal recibirán estatus migratorio provisional y si pagan impuestos atrasados, multas y honorarios por procesamiento de documentos podrán solicitar la tarjeta verde después de 10 años de espera. Si no cumplen los requisitos, no recibirían el estatus de inmigrante provisional.

En la propuesta de la Cámara, los inmigrantes que se encuentren bajo “probation” serían deportados si violan las condiciones de su estatus. Estas condiciones incluyen no convertirse en carga pública, como solicitar cupos de alimentos, comprar una póliza de seguro de salud, no tener antecedentes penales, tener empleo, así como pagar impuestos atrasados y todas la multas requeridas y honorarios por concepto de procesamiento de documentos migratorios.

La propuesta de la Cámara también requiere que el sistema electrónico E-Verify, que se usa para verificar si una persona está autorizada para trabajar legalmente en Estados Unidos, se aplique plenamente a nivel nacional dentro de los cinco años después de que entre en vigor la ley. Si no se activa E-Verify nacionalmente dentro de ese plazo, dijo Díaz-Balart, los inmigrantes registrados revertirían a su estatus de indocumentados.

La elaboración de la propuesta en la Cámara se inició en el 2008, después de que Barack Obama fuera elegido presidente y se comprometiera a legalizar a millones de inmigrantes indocumentados antes de finalizar su primer mandato —cosa que no ocurrió. El representante Xavier Becerra, un demócrata de California, dijo que se acercó el representante Sam Johnson, republicano de Texas, y le propuso “que nos reuniéramos de manera informal” para hablar de la reforma migratoria.

El grupo se amplió más tarde y entre los nuevos miembros estaba el entonces congresista Lincoln Díaz- Balart, republicano de Miami, que durante años había apoyado la reforma migratoria. Su hermano Mario Díaz-Balart, quien también por años ha apoyado la reforma migratoria, se sumó después al grupo.

Mario Díaz-Balart dijo que en esos primeros días, había alrededor de 20 o 22 legisladores —mitad demócratas y mitad republicanos— que pertenecían al grupo.

Becerra dijo que el grupo tenía múltiples miembros, pero que no creía que hubiera tenido tantos como recuerda Díaz-Balart.

Díaz-Balart dijo que solo alrededor de siete miembros del grupo original asistían consistentemente a las reuniones.

El representante Luis Gutiérrez , demócrata de Illinois, también pertenecía al grupo original, dijo Díaz-Balart.

Contactos con la Casa Blanca

En cuestión de meses, los miembros del grupo comenzaron a ponerse de acuerdo sobre varias cuestiones. Mientras tanto, representantes de la oficina de Díaz-Balart contactaron a la Casa Blanca ofreciendo colaborar con el presidente para lograr una reforma migratoria bipartidista.

La administración del presidente Obama nunca respondió, señaló Díaz- Balart .

Becerra dijo que él personalmente avisó a la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, la representante Nancy Pelosi, demócrata por California, sobre la existencia del grupo. Becerra dijo que Pelosi apoyaba el esfuerzo bipartidista.

Becerra dijo que también le informó a funcionarios de la Casa Blanca sobre el grupo.

Para Díaz-Balart, sin embargo, la falta inicial de respuesta de la Casa Blanca fue desconcertante dado que Obama, después de asumir el cargo, había dicho en repetidas ocasiones que la reforma migratoria no podía prosperar si no la apoyaban los republicanos.

“Una de mis frustraciones era que el presidente se pasó los cuatro años diciendo ‘no puedo encontrar ningún republicano con el que pueda trabajar sobre inmigración’ ”, dijo Díaz-Balart. “ Pelosi sabía de esto también”.

La Casa Blanca dijo que Obama se ha mantenido firme en su apoyo a la reforma migratoria.

“El presidente ha sido claro y consistente desde el primer día de que la reforma migratoria es una prioridad”, dijo la portavoz de la Casa Blanca Katherine Vargas. “El hizo campaña sobre la reforma y llamó en repetidas ocasiones al Congreso a actuar sobre ella”.

El grupo original dejó de reunirse en el 2010, cuando quedó claro que Obama no iba a seguir adelante con la reforma migratoria en su primer mandato, dijo Díaz-Balart.

Después de que Obama fue reelegido el año pasado, el grupo de la Cámara reanudo sus reuniones.

Solo seis miembros quedaban del grupo original, recordaron Díaz-Balart y Becerra.

Estos eran Díaz-Balart y dos colegas republicanos, John Carter y Sam Johnson de Texas, y los demócratas Zoe Lofgren y Becerra de California, así como Gutiérrez de Illinois. Lofgren es una ex abogada de inmigración.

Un poco más tarde, dos legisladores más —John Yarmouth, demócrata de Kentucky, y Raúl Labrador, republicano de Idaho— se sumaron al grupo, creando un grupo de ocho. Labrador es también un ex abogado de inmigración.

Desacuerdos

Pronto surgieron algunos problemas.

Uno de los demócratas dijo que su partido no podía estar de acuerdo con la exigencia de que los inmigrantes en estatus de “probation” tuvieran que pagar por su propio seguro de salud, dijo Díaz-Balart.

Los demócratas indicaron al grupo que la objeción “no venía de ellos”, apuntó Díaz-Balart . Parecía una sugerencia de que era la Casa Blanca o Pelosi, en la actualidad líder de la minoría en la Cámara, las fuentes originales de la objeción, agregó.

Díaz-Balart dijo que el grupo estuvo de acuerdo en reabrir la cuestión sobre la asistencia sanitaria y, finalmente, acordaron un nuevo texto.

“Al día siguiente, o dos días después, el mismo demócrata que había dicho que tenía un problema con la cláusula de la salud, regresa y dice ‘no, no podemos estar de acuerdo con esto tampoco’ ”, dijo Díaz-Balart.

Fue en ese momento, dijo Díaz-Balart, que Labrador abandonó el grupo. Labrador no quiso hacer comentarios, pero personas cercanas al grupo dijeron que en ese momento Labrador se dio cuenta de que los demócratas en el grupo no se apegaban a los acuerdos adoptados anteriormente.

Labrador dijo a la prensa en junio, poco después de irse del Grupo de los Siete: “A veces tienes que irte”.

Becerra dijo que no podía hablar sobre el contenido de la propuesta y que solo Labrador podía explicar por qué se fue.

Un ayudante de un legislador demócrata familiarizado con el tema, dijo que mientras los demócratas y los republicanos en el grupo están de acuerdo “en principio” que los inmigrantes tenían que comprar su propio seguro de salud, “no estaban de acuerdo sobre la manera de hacerlo”.

Otro asesor demócrata cercano al grupo dijo que sería incorrecto pensar que la propuesta se ha estancado debido a la disputa sobre la póliza de salud dentro del grupo.

“La idea de que lo que está deteniendo la reforma migratoria en la Cámara es un desacuerdo en nuestro grupo sobre el seguro de salud para los inmigrantes indocumentados es absurdo y falso”, dijo el asesor.

Actualmente quedan siete miembros del grupo, por ende este se llama el Grupo de los Siete. Estos miembros son: los republicanos Díaz-Balart , Carter y Johnson, y los demócratas Lofgren, Becerra, Gutiérrez y Yarmuth.

Para aprobar la propuesta en la Cámara, los partidarios de la reforma migratoria necesitan un mínimo de 218 votos.

Díaz-Balart dijo que el Grupo de los Siete no tiene todavía una mayoría de republicanos detrás del proyecto. Sin embargo, señaló, dentro de poco habrá votos suficientes para que prospere el proyecto en la Cámara.

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha dicho que no va a presentar el proyecto en el seno de la legislatura hasta que una mayoría de republicanos lo favorezca.

Díaz-Balart dijo que está cabildeando a colegas republicanos en un esfuerzo para asegurar suficientes votos a favor de la propuesta y así presentarlo en el seno de la Cámara, ya sea como un paquete de medidas o como componentes separados.

“Estoy dedicando el 80 por ciento de mi tiempo a esto”, dijo Díaz-Balart.

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