Nitu Pérez Osuna. (Foto El Carabobeño)
Nitu Pérez Osuna. (Foto El Carabobeño)

01 julio 2013

Nitu Pérez Osuna. (Foto El Carabobeño)
Nitu Pérez Osuna. (Foto El Carabobeño)
lfredo Fermín | [email protected]

Nitu Pérez Osuna está preocupada por el avance de la hegemonía comunicacional del Gobierno. Considera que un medio de comunicación social no es una fábrica de zapatos que si no se vende o fracasa, no hay una crisis nacional. Pero, cuando se silencia a un medio, por falta de concesión o por venta obligada, se afecta a una población que necesita estar informada oportuna y verazmente.

La animadora de televisión durante 18 años moderó el programa Yo Prometo en Globovisión, confesó que el nuevo propietario del canal, el señor Cordero “me botó porque yo hacía muchas críticas, no solo en el programa sino por Twitter y en mis columnas de prensa. En otras palabras, debía hacer un periodismo complaciente”.

– Eso significa que Globovisión, poco a poco, irá cambiando su programación. No sé si la audiencia será mayor o menor, pero será distinta. De todas maneras ya pasé la página, manifestó la simpática periodista dando a entender que quería referirse a otros asuntos en esta entrevista.

– ¿Cuál es su concepto de lo que llaman hegemonía comunicacional?

– La hegemonía comunicacional se está comprando. Esto se inició con la llegada de Chávez al poder y su verbo encendido, en contra de los periodistas que le hacían preguntas que le molestaban, que divulgaban las irregularidades de su gobierno. La primera etapa fue amenazante, para tratar de silenciar o bajar el tono de los medios de comunicación. La segunda etapa, fue contra el medio más importante que tenía la televisión venezolana, Radio Caracas, la cual finalmente cerró, conjuntamente con 33 estaciones de radio.

Los medios bajaron el tono, sacaron del aire anclas, pusieron otro tipo de programación para complacer al Gobierno y se despidieron a periodistas combativos. Pero, el cierre de Radio Caracas, tuvo un costo muy alto para el Gobierno. Perdió el referendo para modificar la Constitución lo que significó una derrota para Chávez que trató de minimizarla con lenguaje escatológico. Por eso, comenzaron a asfixiar, económicamente, a los medios privados, llamando a los anunciantes para que no pautaran sus avisos publicitarios en tales y cuales programas. De lo contrario, serían sancionados por el Seniat, la Lopcimat, el Indepabis. Con estas amenazas las empresas fueron sacando su publicidad de los canales. Conjuntamente, se impuso un cerco jurídico con leyes, reformas penales contra los medios.

Después de la asfixia, lanzaron la ofensiva final, comisionando a grupos financieros, que se han enriquecido con el gobierno. Los ponen a pagar comprando tal o cual medio, como un negocio mercantil, pero cambiándolo para que represente la política comunicacional del gobierno.

Esto se revela porque ya no se trata de Globovisión o la Cadena Capriles, son muchos los medios, emisoras y canales regionales de televisión que están adquiriendo o, por lo menos, han hecho ofertas fabulosas a sus actuales propietarios. Vamos a la hegemonía comunicacional que, si no se impuso por la fuerza, se logra con dinero mal habido durante los 14 años de este régimen castrocomunista.

– ¿Con esta situación aumenta el prestigio de Marcel Granier por su posición frente a Radio Caracas Televisión?

– Marcel Granier fue la excepción, prefirió morir de pie antes que vender el canal a personas que se enriquecieron de manera extraña en poco tiempo. Yo creo que esto será reconocido cuando vuelva la democracia. Una actitud similar la tuvo Miguel Capriles, quien en 1958, se opuso a la dictadura de Marcos Pérez y fue a la cárcel pero no le cambió la línea editorial a Ultimas Noticias. Cuando llegó la democracia los venezolanos tenían un gran prestigio y la Cadena se convirtió en un emporio informativo de pluralidad.

Son tiempos distintos, pero sus hijos no mantuvieron la misma línea del padre frente al poder y entregaron su herencia. En estos tiempos, le tocó a Marcel Granier y a las familias que él representa, dar un ejemplo de honestidad, de hidalguía, de convencimiento de los valores democráticos. Por eso, no cedieron a las presiones a pesar de los millones y millones de dólares que les ofreció el gobierno para que les entregaran a RCTV.

– ¿Cuáles otros medios están en la lista del Gobierno?

– Se habla de que Televen está recibiendo una oferta de compra por parte de un sector eléctrico. El Universal también ha recibido una propuesta de compra del grupo Gorrín y de Pdvsa. Lo cierto es que antes, cuando queríamos saber quién era el propietario de algún medio, iba al Registro Mercantil y encontraba todo. Pero ahora, saber quiénes son los nuevos dueños de los medios es algo imposible porque los registros, ni siquiera, están al día.

Hay opacidad en estas ventas. Esto quiere decir que algo se esconde. ¿Quién puede invertir hoy, en un medio de comunicación cuando éstos están asfixiados por el estado? Solamente es capaz de invertir aquel que es subsidiado y avalado por el Gobierno. Por esto, creo que todas estas compras tienen que ver con la hegemonía comunicacional que necesita un gobierno tan malo como éste y necesita callar la protesta del pueblo venezolano.

– Sin embargo, Maduro se queja de que los medios privados ignoran su gestión.

– El señor Maduro dice que lo invisibilizan pero la verdad es que, lo que hace el monopolio comunicacional del gobierno del PSUV, es insultar, descalificar, mentir y difamar a dirigentes de la oposición. Ellos pregonan lo que no son. A la oposición la llaman vendepatria, corrupta y resulta que los únicos que han vendido la patria es este gobierno que se la entregó, en bandeja de plata, a los hermanos Castro y a los chinos.

En el Fuerte Tiuna, que es la instalación militar más importante de Venezuela, sede del Ministerio de la Defensa, están construyendo lo que llaman Ciudad Tiuna. Allí impera la ley china y no entra el Seniat, ni la Lopcimat para ver en qué condiciones están los trabajadores. Según informaciones extraoficiales, se muere un chino cada semana porque no hay la seguridad requerida para las construcciones. Al muerto lo meten en un cajón y lo mandan para su país. A los venezolanos los contratan por dos meses y, después los echan, porque no quieren tener sino personal tercerizado a pesar de estar prohibido por ley. Allí los que trabajan son bielorrusos, cubanos, chinos y después acusan a la oposición de vendepatria.

Por nuevos caminos

Nitu Pérez Osuna, egresada de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello en 1981. Está casada con Vladimir Petit y tiene tres hijos y un nieto “que hace las delicias de mi vida”. Anunció que a su salida de Globovisión ha decido incursionar en nuevas actividades hasta que la democracia regrese a Venezuela. La semana pasada estrenó, en la página web La Patilla.com, el espacio “20 Minutos” en el que hace comentarios diversos y una entrevista. ¿Está satisfecha con el desempeño de la oposición? El 7 de octubre voté por Capriles porque no tenía otro opción. Era Chávez o Capriles. Pero el 14 de abril voté por Capriles porque me gustó su campaña y su decisión de no aceptar los resultados electorales para pedir reconteo de votos. Después nos inmovilizamos y nos olvidamos de que a los regímenes totalitarios a lo único que le temen es a la calle. Salir a protestar no es ningún delito y mucho más cuando observadores de la Unión Europea decidieron romper con la confidencialidad y denunciar que las elecciones del 14 de abril el ventajismo las convirtió en un fraude. Capriles tiene que moverse un poco más y convertirse en verdadero líder nacional de la oposición venezolana y no actuar, simplemente, como el gobernador del estado Miranda. El Gobierno siempre lo va a acusar porque es un candidato distinto, que dice las cosas que la gente está sintiendo por la inflación, la inseguridad, la escasez y el abuso de poder. ¿No le parece que el Colegio Nacional de Periodistas no está haciéndose escuchar con la contundencia que se debe, ante casos como los que estamos comentando? Hay algunos casos sobre los cuales el Colegio no se ha pronunciado. Me enteré acá en Valencia de que al periodista Pancho Pérez, para no ponerlo preso, un juez lo obligó desmentir en su columna de El Carabobeño y en un diario de Caracas una información, sin que el funcionario pidiera derecho a réplica. Esto ha creado un precedente gravísimo. Parece que la junta directiva nacional del Colegio de Periodistas no se ha dado cuenta de lo que sucedió aquí en Valencia. Me preo-cupa que no se hable de ese caso y de que el Colegio no esté manejando, con voz fuerte, la compra de los medios de comunicación social. Al Colegio más que una crítica porque en Caracas lo he visto más activo, le pido que, por lo menos, nos llame a todos para volcarnos en contra de estas ventas de medios que tienen que estar en manos honestas, comprometidas con Venezuela y su democracia, porque los medios de comunicación son ventanas de la libertad y de la democracia de cualquier país. Cuando hay censura se acaba con la democracia y la libertad del país.

http://www.el-carabobeno.com/articulo/articulo/61749/protestar-no-es-ningn-delito