La presidenta Cristina Fernández. / .. (EFE)
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La presidenta argentina dice que “más temprano que tarde” los ciudadanos acabarán votando los consejeros judiciales

La presidenta Cristina Fernández. / .. (EFE)
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El kirchnerismo reaccionó este miércoles con nuevas críticas a la Corte Suprema de Argentina, que el día anterior había declarado inconstitucional la principal ley de la reforma judicial que había promovido la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La jefa de Estado había impulsado este año seis proyectos de ley para “democratizar la justicia”, la mayoría kirchnerista en el Congreso los había aprobado, pero la fragmentada oposición los había rechazado en bloque por considerar que varios de ellos vulneraban la independencia de poderes. Este martes, el máximo tribunal del país sudamericano echó por tierra la principal reforma, la del Consejo de la Magistratura (órgano de selección y destitución de jueces), por la que se establecía que los jueces, abogados y académicos que lo integran debían enrolarse en partidos políticos y ser elegidos en elecciones democráticas, en lugar de votaciones entre sus pares.

En un acto por los 400 años de la Universidad de Córdoba, la más antigua de Argentina, la jefa de Estado dijo este miércoles que “aquellos que creen que pueden a través de una resolución frenar el crecimiento y el avance de la democracia sepan que sólo podrán hacerlo por un tiempo, porque nunca ninguna sociedad toleró durante mucho tiempo que se le impida ejercer sus derechos elegir a los órganos políticos que marca la Constitución”. Fernández anticipó que “más temprano que tarde los argentinos van a poder votar democráticamente a todos los órganos políticos de la Constitución”. También reconoció su pesar por el fallo judicial: “Ayer nos dieron algún dolor, pero nos vamos a curar porque tenemos muchos remedios, buenos farmacéuticos, inyecciones y antibióticos también. Cuando ayer alguien me decía que estaba triste. Yo le dije: ‘Dejá la tristeza para mirar una novela o una película, nosotros los militantes nunca tenemos que estar tristes, tenemos que estar alegres y preparados para la próxima batalla, porque la batalla que se pierde es la que no se da. Y vamos a dar todas y cada una de las batallas que hemos venido dando en estos diez años”. Así aludió la presidenta a la década del kirchnerismo en el poder.

El ministro de Justicia, Julio Alak, dijo el mismo martes que el Gobierno de Fernández iba a aceptar la sentencia judicial, pese a que la criticaba. Varios juristas consideran que el Ejecutivo no puede apelar el fallo ante tribunales internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, porque la Corte Suprema de Argentina tiene la última palabra en estos casos. Solo podría expresar una queja ante esas instancias externas, aunque no lograría de ese modo revertir el resultado de la sentencia.

Identificada con el kirchnerismo, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, planteó otra opción para insistir con la reforma judicial declarada inconstitucional: “Yo soy una mujer que opino nada más, pero pienso que habría que reformar la Constitución para quitar estas prebendas que tienen (los jueces) y facilitar la constitución de un proyecto nacional y popular como el que encabeza Cristina (Fernández)”. El abogado y diputado kirchnerista Carlos Kunkel opinó que el fallo ha sido “un triunfo de la corporaciones de los abogados” y le achacó al jefe de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, “aspiraciones de llegar a la presidencia de la Nación”. “Lo malo es que use la Corte como plataforma”, se quejó Kunkel. Ya en diciembre pasado el propio Lorenzetti había negado públicamente supuestas intenciones de convertirse en jefe de Estado, después de que comenzara a recibir las primeras críticas del kirchnerismo. En aquel entonces la Corte Suprema postergó la aplicación de los artículos de la ley de medios audiovisuales que obligarían a Clarín, principal grupo editorial de Argentina y opositor al Gobierno, a desprenderse de una buena porción de sus licencias.

Lorenzetti y otros tres magistrados habían sido nombrados en el máximo tribunal entre 2003 y 2004 por impulso del entonces presidente, Néstor Kirchner, en un elogiado recambio de nombres que limpió a los jueces más cuestionados por presunta falta de transparencia. “Podemos construir una Corte que sea independiente”, decía Kirchner en 2009, un año antes de morir. De esos cuatro jueces que él impulso y que vinieron a acabar con la Corte menemista, como se conocía al tribunal formado en el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), Lorenzetti y otras dos colegas votaron en contra de la reforma del Consejo de la Magistratura, mientras que solo uno lo hizo a favor. Los otros tres magistrados más antiguos del tribunal también se opusieron a la norma kirchnerista. En concreto, se opusieron a la ampliación del número de consejeros de 13 a 19, a su elección popular y a que la destitución de jueces se pudiese aprobar con mayoría simple, en lugar de los dos tercios de los votos necesarios en la actualidad.

El colectivo juvenil kirchnerista La Cámpora, que dirige desde las sombras el hijo de Fernández, Máximo Kirchner, difundió un comunicado con críticas a la declaración de “inconstitucionalidad de la ley de reforma del consejo, que impedía que los jueces se elijan a sí mismos, que los abogados se elijan a sí mismos, para luego elegirse entre ellos para ser jueces, y habilitaba a los argentinos a elegir ellos a los que iban a elegir a sus jueces”. Al final, La Cámpora ironizó: “Saludos chicos de almas puras y espíritus críticos, todo bien, ta todo tranqui, no pasa nada, un par de corporacioncitas en contra, no es nada del otro mundo, mejor sigan apuntando con el dedo para adentro o para el costado, siempre es bueno, hace falta, olvídense, es una reaccioncita nomás, tienen un poquito de poder, eso es todo, todo piola (simpático), ta todo bien”. Uno de los antiguos miembros de la Corte Suprema, Juan Carlos Maqueda, denunció que miembros de La Cámpora lo insultaron al ingresar a su domicilio. El Ministerio de Justicia prometió que investigaría el supuestoescrache.

En la oposición, el diputado radical e integrante del Consejo de la Magistratura, Mario Cimadevilla, reprochó al kirchnerismo por sus críticas al máximo tribunal: “Esta corte pasó de ser una corte ejemplar a una corte destituyente simplemente porque no le dio la razón”. Sin embargo, el Gobierno y sus seguidores se cuidaron de no incluir entre sus recriminaciones las palabras “destituyente” o “golpista”, como en su momento habían tachado a los líderes agrarios que paralizaron Argentina con su cierre patronal en 2008. Aquel conflicto por una subida de impuestos a la exportación agrícola acabó cuando el Senado la desaprobó. Aquella fue una dura derrota del kirchnerismo, que después no volvió a insistir con el aumento tributario y al año siguiente perdió las únicas elecciones en diez años en el poder, unas legislativas. En agosto y octubre se celebrarán nuevos comicios para renovar el Congreso. La presidenta del colectivo de jueces, fiscales y abogados a favor de la reforma judicial, Justicia Legitima, María Laura Garrigós de Rébori, opinó que “finalmente modificarán la composición del Poder Judicial pero en un muy largo plazo”.