Venezuela Awareness

La huelga de hambre. Artículo de Marco A. Ponce y Mikel las Heras.

– LUNES, 17 DE JUNIO DE 2013

En los últimos tres años se ha recurrido al ayuno como forma de protesta en más de 300 oportunidades.

Los universitarios pudieran estar rompiendo el cerco de la hegemonía comunicacional

Tras 12 días de huelga, gobierno y trabajadores se sentaron a hablar en Ferrominera

En los últimos tres años las huelgas de hambre se han convertido en parte de la cotidianidad venezolana, hemos contabilizado más de 300 en todo este tiempo. Estudiantes, trabajadores, damnificados, privados de libertad, profesores universitarios y hasta pequeños empresarios han puesto en riesgo sus vidas para llamar la atención y obtener respuestas de entes del gobierno.

La huelga de hambre es la forma de protesta más pacífica, pero también la más peligrosa porque se pone en riesgo la vida de quienes la realizan. En Venezuela vivimos la trágica historia del productor agrícola Franklin Brito. Todos conocemos el desenlace y no queremos que se repita.

Mucho se dice sobre la efectividad de este tipo de protesta. Creemos que cualquier opción democrática y pacífica para exigir reivindicaciones y demandar derechos es válida. Sus resultados van a depender de muchas cosas, pero sobre todo de la estrategia y seriedad de quienes la realizan y siempre teniendo como premisa que el gobierno de Venezuela, según estudios del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, espera en promedio al menos 30 días para comenzar a negociar con huelguistas, generalmente montando mesas de diálogo y negociación que muchas veces terminan en el desgaste y no en el cumplimiento de las demandas.

Por lo general, quienes hacen una protesta de esta naturaleza, denominada radical, lo hacen luego de emplear distintos métodos pacíficos para exigir derechos o demostrar descontento con una situación o medida política, o tras sentirse burlados por las autoridades o por el sistema judicial.

Debido a la ausencia de respuestas, muchos venezolanos han optado últimamente por emplear métodos cada vez más extremos de protesta, desde dejar de comer o coserse la boca hasta mutilarse partes del cuerpo. Un ejemplo claro lo vemos con los presos.

Pero no siempre es así. En algunos casos observamos cómo se usa este tipo de protesta como primer recurso, posiblemente por su interés mediático. Aunque las huelgas de hambre se han hecho cotidianas, debemos advertir que no deberían verse como normales en una sociedad democrática en la que se deberían respetar los derechos humanos.

Conflicto universitario

El paro universitario parece haberse consolidado con cierta fuerza.

Profesores y estudiantes universitarios se declararon en huelga de hambre en distintos estados del país. No creemos que quienes decidieron ejercer una protesta de esta naturaleza lo hagan por el simple gusto de “sabotear a la nación”, como declaró Nicolás Maduro en días pasados. En lugar de atacar y criminalizar a quienes exigen sus derechos democráticamente, el gobierno debería buscar mecanismos constitucionales para abrir el dialogo, transformar el conflicto y sobre todo responder a un sector que representa el futuro del país.

Pero vemos también cómo cuando las protestas se hacen de una manera coordinada y con conducción -con elementos novedosos y que atraen la atención del resto de la sociedad, por ejemplo la marcha de universitarios que realizan desde Barquisimeto hasta Caracas, o las múltiples protestas simultáneas en diferentes partes del país, unas en plazas, otras con actividades de calle, clases magistrales, etc- la repercusión aumenta y se logra aglutinar apoyos en el resto de la sociedad.

Cuando las protestas están a la vista de todos, no hay forma ni manera de sacar de contexto los motivos que las causan. Las calles, las autopistas, las plazas, son un vínculo directo con la gente que no necesariamente tiene que estar pendiente de una pantalla de televisión o emisora de radio para informarse.

Además en las universidades hacen vida profesores, obreros, estudiantes, empleados, padres, hijos, etc, una muy perfecta representación de nuestra sociedad que multiplica el mensaje. El gobierno debería de tomar en cuenta este factor. Las universidades, con su salida a la calle, pudieran estar rompiendo el cerco de la hegemonía comunicacional, esa que tanto ha buscado el gobierno y parece estar a punto de lograrla.

Huelga en Ferrominera del Orinoco

Tras doce días de suspensión de actividades, el pasado viernes autoridades de la CVG, Ferrominera del Orinoco y Sintraferrominera acordaron un cronograma para el pago de deudas laborales que la empresa mantiene con los trabajadores y otras reivindicaciones.

El jueves anterior las instalaciones de la empresa fueron militarizadas, como medida de presión hacia los trabajadores que hacían huelga. Llama la atención el hecho de que el gobierno, a pocos días de anunciar también desde Guayana la conformación de las milicias obreras, usara la figura de la militarización para tratar de enfrentar una crisis que en todo momento tuvo raíces laborales. De hecho, el viernes terminaron haciendo lo que los trabajadores pidieron desde el primer día de huelga: sentarse a negociar las reivindicaciones y consiguieron, además, el reenganche, con pago de salarios caídos, de 7 trabajadores despedidos en el 2012.

El gobierno debe acostumbrarse a resolver los conflictos como lo hicieron el viernes, hablando, y no como lo intentaron el día anterior: amenazando con militares.

@MarcoAPonce y @mlhccs

ConflictoVe Fuente: TalCual, 17 de junio de 2013, pág 6

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http://www.conflictove.org.ve/analisis-y-opinion/analisis-del-observatorio-venezolano-de-conflictividad-social-y-conflictove-la-huelga-de-hambre-articulo-de-marco-a-ponce-y-mikel-las-heras.html

 

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