“Simpatías no rigen a CIDH”: Cantón

Tras permanecer 12 años al frente de la Comisión, Santiago Cantón decide retirarse del organismo; niega que se vaya por presiones del presidente venezolano, Hugo Chávez o disconformidades con gobiernos de otros países como Perú

WASHINGTON. En julio, Cantón dejará su cargo de Secretario Ejecutivo de la Comisión Derechos Humanos. (Foto: ARCHIVO EFE )

Sábado 02 de junio de 2012 Danilo Arbilla | El Universal

En julio próximo, el argentino Santiago Cantón (49), por propia decisión —“porque no es bueno en lo personal ni para las instituciones perpetuarse en los cargos”— dejará la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH), que ocupa desde hace 12 años.

Lo hace pese a que recientemente le fue renovado el mandato, pero también en momentos en que han arreciado las críticas contra su persona por parte del presidente venezolano Hugo Chávez, y en que se han alzado voces disconformes de otros gobiernos como el de Perú de Ollanta Humala respecto a ciertas actuaciones de la comisión.

Cantón lleva largo tiempo en el ojo de la tormenta. No es fácil velar por los derechos humanos y menos desde la OEA, con tantos “miembros” que todos se creen “patrones”, y a los que no les gusta que se les critique o se les llame la atención. Antes de estar en la Comisión, el funcionario en cuestión tuvo la responsabilidad de inaugurar y poner en marcha la Relatoría para la Libertad de Expresión de la OEA (1998-2001). De ahí pasó a la CIDH. Son 14 años durante los que se ganó el respeto de muchos; según Chávez, Cantón es un agente de la CIA, un instrumento de la ultraderecha latinoamericana y desde hace tiempo viene reclamando que se lo eche. Niega que se vaya por la presión de Chávez. Así lo afirmó en esta entrevista con EL UNIVERSAL, en la que abordó otros temas de su complicada tarea.

“Me voy por una decisión estrictamente personal. No ignoro que han circulado versiones que vinculan mi retiro a presiones del gobierno de Venezuela. Es indudable además que la presión de Venezuela existió. Sus embajadores y el propio presidente de la república han reclamado públicamente que yo salga de la comisión e incluso que saliera también el propio relator de Venezuela en la comisión. Pero yo me retiro en momentos en que la comisión me ha renovado el mandato y me ha ratificado el apoyo que me ha dado a lo largo de esto 12 años.

Salgo por una decisión personal, reitero. Ya son 12 años. y creo en la necesidad de la renovación en las instituciones. Pienso que no es bueno perpetuarse en estos cargos e instituciones”.

Chávez lo ha acusado de ser instrumento de la utraderecha

El tema de los derechos humanos y el tema de la libertad en general es independiente de las ideologías. Han sido tanto los gobiernos autoritarios de derecha como los gobiernos autoritarios de izquierda, que ni siquiera es correcto llamarlos ni de izquierda ni de derecha, porque no son democráticos, los que han afectado la libertad de expresión y todos los derechos humanos de los habitantes de América en general. Como relator de la libertad de expresión, el principal problema que tuve fue con el Perú de Fujimori. Fue claramente donde más se violaba la libertad de expresión a fines de los 90 y a principios de este siglo. Luego, con los años, los problemas que se les plantearon a quienes me sucedieron en la Relatoría fueron en Venezuela y en Ecuador, recientemente.

Pero ciertamente más allá de las arremetidas de Chávez, la CIDH es criticada y despierta desconfianza y suspicacias en un gobierno como el de Perú, por ejemplo, cuyo funcionamiento democrático hoy es incuestionable. Sin embargo, hoy en el país andino la CIDH está en tela de juicio y es censurada duramente: hay quienes dicen que es porque tiene en sus manos un caso de dos desaparecidos ocurrido en 1992 en la Base Militar “Madre Mía”, que en esa fecha estaba al mando de un “capitán Carlos” quien presuntamente era el entonces capitán Ollanta Humala, hoy presidente peruano. Pero por otro lado se afirma que la Comisión ha dado cabida a denuncias que amparan a terroristas que actuaron en el pasado, muchos de ellos extranjeros que fueron a Perú a sumarse a Sendero Luminoso y que están bien apadrinados por abogados y bufetes que influyen y apuran o aprietan los casos en la Comisión y en la Corte. Sobre esos temas preguntamos a Cantón: ¿Hay una denuncia contra el presidente Humala en la Comisión?

Las denuncias ante la Comisión son confidenciales y hasta que la Comisión no las haga públicas, esto es, hasta que no les dé una visibilidad, se mantienen en ese régimen de confidencialidad, por lo que no puedo responderle al respecto.

Y sobre esas versiones de actividades de “lobby“ que se realizarían en torno a la Comisión y la Corte

De ninguna manera. Eso no existe. Las denuncias ante la comisión son absolutamente transparentes. Los criterios que se siguen para analizar los casos son en base a un orden cronológico y salvo circunstancias muy excepcionales en que se trate de casos de penas de muerte o en que están involucradas personas muy mayores de edad o situaciones muy graves o de menores de edad que enfrentan dilemas que necesitan decisiones urgentes, los criterios, como le dije, se ajusten a un orden cronológico, en el que la acción de la sociedad civil, de los bufetes de abogado y de los propios Estados no impactan ni han impactado para nada.

De vez en cuando se oye que la Comisión al juzgar algunos países es mas generosa o menos severa que con respecto otros, por ejemplo con el suyo, con Argentina

No es así. Esto es como con la ideología, aquí no juegan simpatías políticas, ideológicas ni nacionalidades. La comisión se ha manejado de manera independiente en todo este tiempo.

Hace un mes en la reunión de la SIP en Cádiz un catedrático valenciano que asesora a gobiernos progresistas latinoamericanos sostuvo que en países como Bolivia, Ecuador o Venezuela hay más libertad de prensa que en Colombia o México por ejemplo, porque no hay periodistas asesinados. ¿Es así? ¿Hay mas libertad de prensa en Cuba que en México? ¿Los cubanos están mejor informados que los mexicanos?

No creo que sea correcto relacionar la situación de la libertad de expresión con la cantidad de periodistas muertos. Los periodistas muertos siguen siendo sin duda el problema más grande que tiene la libertad de expresión en el mundo entero. Y en la región lamentablemente, se da una de las tasas más altas, pero eso no tiene que estar relacionado directamente con la situación de libertad de prensa en un país. Puede ser muy grave la situación de la libertad de expresión sin que haya periodistas muertos en el país, sin prejuicio de lo serio y valioso que es la vida humana y por ende lo grave que es atentar contra la vida humana. Pero para la libertad de expresión exclusivamente y para el derecho a la información de la gente puede ser más grave la clausura de un diario o la censura directa o indirecta sobre un medio o los periodistas; medidas de ese tipo pueden tener más impacto para la libertad de expresión que la muerte de un periodista. No se puede hacer esa relación, aunque sí hay que resaltar que el desafío principal en la lucha por la libertad de expresión por la importancia de la de la vida humana sigue siendo la muerte de los periodistas. Ahora, al mismo tiempo es bueno advertir que en la muerte de los periodistas en la mayoría de los casos la responsabilidad no es directa del Estado.

En ese aspecto al gobierno de México se le censura muy severamente

En este aspecto es preciso resaltar el apoyo constante que en los últimos años la comisión ha tenido de México. Ha sido uno de los países que ha apoyado la Comisión. Ha sido de los que ha estado más abierto a dialogar y a adoptar fórmulas que permitan resolver los problemas de derechos humanos que tienen y han hecho modificaciones internas , por ejemplo, decisiones de la Suprema Corte para avanzar en materia de derechos humanos para mejorar hacia el futuro.

Hay que destacar eso. Sin perjuicio de ello no se puede ignorar que la de México es una situación crítica pero no se puede culpar y atribuir toda la responsabilidad directamente al Estado, aunque indudablemente hay una culpa por la falta de prevención. Esta es una realidad lamentable, no sólo de México, por la impunidad existente en cuanto a la violación de los derechos humanos, pero que repito no sólo es patrimonio de México.

 

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