Patricia Andrade
@Patricia_Andrad

Venezuela Awareness Foundation, organización dedicada a la defensa de los DDHH con sede en Miami, Florida y dedicada al problema de los presos políticos en Venezuela, emitió el siguiente comunicado a raíz de la liberación de Julio Rodríguez, debido a padecimiento de cáncer.

Miami, 29 de octubre del 2011

Faltaban minutos para las 9am del viernes 28 de octubre del 2011 cuando el preso político Julio Rodríguez empezó a despedirse de sus amigos: su compañero de calabozo, Luis Molina Cerrada; su vecino, “Mazuco”Sánchez; Erasmo Bolívar y hasta donde se lo permitía la seguridad, lo acompañaron hasta la salida los funcionarios policiales Arube Pérez, Hector Rovaín y Marco Hurtado.

Todos compartían la alegría de la salida a la libertad de su amigo, Julio Rodríguez, y la preocupación de saber que la salida fue forzada por problemas de salud.

Desde que se presentó “como testigo y lo dejaron preso” un 21 de abril del 2003 por el caso 11A, como se le conoce por los sucesos del 11 de abril del 2002, Julio pasó 8 años, 6 meses y 8 días peleando por su inocencia ya que no estuvo en el área de los sucesos hasta las 5pm, cuando ya todo había pasado, y sin embargo, recibió una condena de 30 años leída por la Juez Marjorie Calderón. Ahora Julio enfrenta otra dura batalla: luchar contra el cáncer en grado de metástasis.

¿Por qué Julio Rodríguez, quien tenía sospechas de su cáncer desde dos años atrás cuando le fue entregado un reporte médico que era preocupante, no recibió atención médica oportuna? Ligia Bolívar, quien gestiona a favor de la presa política Maria Afiuni, respondió en Twitter: “El gobierno SABE que negar atención oportuna a detenido es trato cruel #Tortura”.

Atravesando portones que abrían y cerraban con candados a su paso, caminaba Julio mientras escuchaba los gritos de sus compañeros que quedaban presos: “¡Julio cuídate!”, “¡Julio,opérate pronto!”, sin embargo se unían otras voces, los trabajadores de la cárcel militar de Ramo Verde quienes sabían de la calidad humana de Julio y le habían tomado aprecio y respeto: “Chao Julio”, “Julio ¡ve a atenderte con el médico!”.

Era la última reja, detrás estaba su familia: su mamá, su esposa, uno de sus hijos, Julito y más familiares.

Esa última reja se cerró por el guardia, para empezar los abrazos de la libertad ansiada. Julito, un adolescente que estudia bachillerato, le rodeó el cuello con un fuerte abrazo, él era un niño que dejaba de usar un pañal cuando despidió a su papá el 21 de abril del 2003 a las 7 a.m. y recibió su bendición. Los abrazos siguieron por sus familiares, quienes lloraban por el momento que vivían y Julio les decía”tranquilos, que de ésta (el cáncer) salimos”.

Mientras, desde el calabozo, su ex vecino, escribía:

@DiputadoMazuco: Se fue mi compañero Julio Rodríguez (PM), qué triste que su libertad sea un cáncer y no la verdadera justicia… ”