Junio 04, 2018.- El joven llamó a su madre para que ingresara a la sede de la policía política en un vehículo particular, preguntara por él, y salieran en silencio como si fueran funcionarios, pues “su caso hacía quedar mal al Estado”

El poder del Estado venezolano quedó probado, el pasado 30 de julio de 2017, con Juan Pedro Lares, de 24 años, hijo de Omar Lares, alcalde del municipio Campo Elías del estado Mérida. El joven que fue apresado mientras se encontraba en su cuarto dormido y se realizaban las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente, y lo liberaron sin que se enteraran los medios de comunicación, pues su caso hacía quedar mal al gobierno, debido a que nunca recibió una orden de detención en su contra.

El domingo 30 de julio, cuando estaba por finalizar la jornada de la elección de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, grupos armados y funcionarios policiales irrumpieron en la residencia de la madre de Omar con el fin de llevárselo tras amenazas que habían sido impuestas por el gobernador del estado, Alexis Ramirez, por su presunta “complicidad con la colocación de barricadas” en el municipio. El padre del joven logró huir; también su esposa y su hijo de 13 años, pero Juan Pedro, su primogénito, quedó atrapado en el cerco y fue retenido “como un símbolo de chantaje”, así lo aseguró en esa oportunidad, su madre, Ramona Rangel.

Después de su aprehensión —la cual no constó de ninguna orden de captura emitida por un tribunal—, la madre decidió trasladarse desde la población merideña a Caracas, pues le aseguraron que su hijo se encontraba en El Helicoide. En efecto, luego de 48 horas sin saber de su paradero, constató a través de abogados del Foro Penal Venezolano, que al joven lo habían llevado a esta sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).

Juan Pedro, quien además goza de la ciudadanía colombiana, nunca fue trasladado a un tribunal (según la ley debe hacerse en un plazo no mayor de 48 horas), solo fue visto por su madre en cuatro ocasiones y tras no recibir cargos fue puesto en libertad el viernes 1 de junio, sin ningún tipo de condición, a diferencia de otros presos políticos —como Daniel Ceballos, Gregory Sanabria o el diputado Gilbert Caro— a quienes les impusieron régimen de presentación cada 30 días, prohibición de salida del país y de declarar a medios.

El joven, a quien su familia lo calificó como el rehén de El Helicoide, además de ser detenido sin darse cuenta quienes lo mantenían utilizaron el mismo patrón para liberarlo: pasadas las 8 de la noche el joven se comunicó con su novia y le dijo que necesitaba que su madre ingresara a la sede de la policía política en un vehículo particular, preguntara por él, y salieran en silencio como si fueran funcionarios, pues “su caso hacía quedar mal al Estado” y la idea es que nadie se diera cuenta.

Así fue, el joven luego de las 9 de la noche ya estaba en la casa de un familiar, los medios de comunicación no se enteraron, hasta que el director del Foro Penal Venezolano, Alfredo Romero, informó que Juan Pedro Lares había sido puesto en libertad.

Juan Pedro Lares, el preso político que nadie vio