Patricia Andrade: “El chavismo me acusó de agente de la CIA por defender los derechos humanos”

Esta abogada nació en el sureste de Venezuela, en la ciudad sede de empresas mineras donde fluyen los ríos Orinoco y Caroní. Es decir, en Puerto Ordaz. Allí donde las bellezas naturales deleitan la vista y otorgan oxígeno limpio y puro, ella pasó su infancia. El parque Cachamay y La Llovizna, fueron entre otros majestuosos lugares, sus paisajes cotidianos de vida, hasta que concluyó su educación media y emigró a la capital, para convertirse en abogada.

Una vez egresada como profesional del derecho, se casó e hizo planes de vida en Estados Unidos. Aún la figura de Chávez como opción de poder, no existía en el país. Ya instalada con su esposo en Miami, Patricia cayó en el embeleso de ser madre y los sonidos de la selva cercana al Santo Ángel, ya no le quitaban el sueño, sus horas de trasnocho eran entonces para su primer hijo, pero la experiencia la hizo tan feliz, que un poquito después reiteró su alegría maternal con una niña, obviamente colgó un rato su oficio de abogada, para más tarde entrar en las querellas judiciales, con el furor propio de quien ama la justicia y la defiende.

Corría mayo de 2004 y en la tierra natal de Patricia comenzaba una razzia de la que pocos se percataban, ella en cambio olía el inicio de unas páginas oscuras en ese país pujante, en el que había dejado un montón de afectos. En la maleta no le cupo su papá, ni su mamá; cumpliendo una ley de vida ella había buscado otro rumbo y construyó su nueva familia.

Armonizaba, y aún lo hace, su vida íntima familiar con su lucha contra las injusticias, por eso crea Venezuela Awareness. Es decir: conciencia Venezuela. “O sea, la idea es decir atento, mosca, está pendiente”. Ella insiste en reiterar que en esa época en Estados Unidos había mucho desconocimiento de lo que estaba ocurriendo en Venezuela.

“Ni se imaginaban la dura realidad venezolana y cuando yo planteaba el tema de los derechos humanos, resultaba como una suerte de fastidiosa, ahí viene otra vez”, decían: “Me busque muchos enemigos en Miami por eso”, dice.

-En ese andar por la justicia, ¿cuántos casos emblemáticos has ganado?

-Sabes algo, me indigna que se diferencien los presos entre emblemáticos y anónimos. Cualquier persona que le vulneren sus derechos y se le quite injustamente su libertad, debe ser defendida. Leopoldo López, por ejemplo, merece igual defensa que cualquier otro preso político. Él es un preso importante y los otros, ¿acaso no importan porque no tienen apellido?

-Muy buena respuesta, Patricia.

-He defendido muchos casos vinculados a derechos humanos, pero puedo referirte a Raúl Díaz Peña. Eso fue en el año 2012, a   él lo torturaron, para asustar a los militares de la plaza Altamira, querían nombres de militares, y lo torturaron terriblemente, hubo delito de agavillamiento, lo torturaban mucho y logré medidas cautelares, gané ese caso en la Corte Interamericana de derechos humanos. Fue la primera vez que un preso político llegó a esa instancia y luego fui acusada de ser pagada por la CIA.

-Bromea y responde que ese montón de dólares que dice la dictadura que la CIA le da, aún no han llegado.

-(Risas)…

Lo que sí le llega a Patricia es ayuda y donaciones de la comunidad venezolana en Miami (Florida), para regalar a sus compatriotas venezolanos, que huyendo de la dictadura, llegan sin nada a ese lugar.

Tiene una larga data como defensora de los derechos humanos y ahora alivia, a quienes arriban a Miami con las maletas vacías, de cosas básicas para sobrevivir los primeros días.

Lo que inició como ayuda informal para quienes huyen de la dictadura chavista, lleva el nombre de Raíces Venezolanas, un programa que Patricia Andrade fundó como parte de su organización Awareness.

Junto a un grupo de voluntarios recibe a los inmigrantes y con lista en mano, le buscan lo que necesiten para donárselo. Patricia honra su origen venezolano, pero piensa en los frutos que los migrantes pueden dar a EE. UU.

-¿Tú eres optimista, crees que cambiará la situación en Venezuela?

-No, lamentablemente en lo relativo a la situación venezolana no soy optimista. No olvides que la izquierda es muy unida.

-¿El caso de la CPI, por ejemplo, no es una razón para tener esperanzas de que cambie la dictadura?

-No, no creo. Esos son pronunciamientos, pero ellos tienen cómo sortearse las medidas.

-Y de las elecciones, ¿qué opinas?

-Por favor, en dictadura los resultados electorales nunca son limpios.

Esta defensora de los derechos humanos cuestiona que Juan Guaidó y Leopoldo López, aparezcan juntos con una violadora de derechos humanos como la ex fiscal, Luisa Ortega Díaz.

-¿En quién crees dentro de la oposición?

-María Corina es la única que ha mantenido su discurso.

“El venezolano es un gentilicio maravilloso, somos gente buena, solidaria, trabajadora y de buen humor”, sostiene. Entonces le vuelvo a tocar el tema de su vida personal y me sorprendo por su amor a las plantas y a los animales. Tiene en su casa además una originaria del Tibet, es decir una Shih Tzu como “consentida de la casa” a la que llama Chapocha.

-¿Cómo recuerdas tu infancia?

-Muy bella, una maravilla, tengo recuerdos muy lindos de mi familia, de mis amigos y de mi país.

-¿Añoras regresar a Venezuela?

-Sí y no, a mí me cortaron la entrada a Venezuela porque me acusan de ser agente de la CIA, de vender patria, etc. Además mi familia se ha ido casi toda al exilio. Estamos muy regados entre Estados Unidos, Europa, Uruguay, Brasil y Perú.

-A propósito de los recuerdos de su país, en la mesa navideña de Patricia Andrade nunca falta la hallaca, el pan de jamón y la ensalada de gallina. Sus navidades también se endulzan con el tradicional dulce de lechosa venezolano.

-Mi casa en navidad es una mezcla venezolano-americano, no olvides que mis hijos nacieron y se criaron aquí y por supuesto disfrutan la navidad con los valores de la cultura norteamericana; bueno, también disfrutan de la venezolana, por eso te hablo de una mezcla.

-¿Esos hijos que ya son adultos, te han dado nietos?

-Aún no.

-¿Los estás esperando?

-Claro. Ellos viven cada uno en pareja, pero todavía no han llegado los bebés.

-Sabes que está probado que las mujeres exitosas, inteligentes y muy trabajadoras, tienen poca suerte en el amor… ¿Qué tal es tu caso al respecto?

-Yo he tenido buena suerte en el amor.

-Ah, no vale tú eres un caso demasiado excepcional.

-(Risas).

-¿Quién es más afortunado de los dos, en esos más de treinta años de suerte matrimonial?

-Los dos.

Patricia comenta que su esposo es muy buen compañero y que su experiencia con quien además es el padre de sus hijos ha sido muy buena.

-¿Cuál es tu más grande amor?

-Dios.

-¿Tu mayor sueño?

-La justicia.

-¿Tu principal deseo?

-Que exista cada vez más democracia como forma de vida.

-¿Qué pedirías que haya en el mundo?

-Más amor, menos resentimiento y más solidaridad, pero sobre todo amor. El amor mueve al mundo.

-¿Cuál es tu principal frustración?

-Que no pude despedirme de mis padres cuando murieron. Fue terrible, tanto, pero tanto que me cuesta describirlo.

-¿Cuál consejo te atreverías a dar?

-Que es necesario tener principios y valores, y buscar de estar cerca de Dios, desde mi punto de vista, ese es el secreto para una vida plena.

Los datos de Raices son:
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Teléfono 786 281 0452

Texto de Venezuela Red Informativa

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