La joven venezolana de 18 años de edad, conocida como Milagros, violada por Irineo Garzón, acudió este martes ante la fiscalía número 41 en Buenos Aires.
Se conoció que la víctima y su madre ampliaron su declaración, ya que en la primera oportunidad solo lo hicieron ante la comisaría.
«En la misma relataron los sucesos ocurridos el pasado sábado 23 de enero, aportando datos que comprometen aún más al acusado», se informó a través de un comunicado, citado por el portal EsReviral.
Además, se brindaron datos de otras víctimas que están dispuestas a dar su testimonio en la causa, aunque aún la policía científica no ha hecho las pericias toxicológicas con la finalidad de determinar cuáles fueron las sustancias que dejaron inconsciente a la víctima.
Por otra parte, y ante las declaraciones de Osvaldo Cantoro, abogado defensor de Irineo Garzón, quien expuso hasta el nombre de la víctima, que ha sido cuidadosamente resguardado para evitar su revictimización, su madre manifestó una profunda indignación y dolor.
«Cada palabra de este abogado es otro golpe más para mi hija y mi familia. Estando aún en el piso nos sigue pegando. Tenemos que aprender a cuidar a las víctimas y exigirle explicaciones a los violadores», dijo la mujer.
Frente a esta situación los abogados de la joven, Pablo Baqué y la Alejandra Cabrera, presentaron un escrito a la jueza Karina Zucconi para pedir «un bozal legal», a fin de que el abogado de la defensa, no pueda nombrar a la víctima ni adjetivar a la familia.
El próximo jueves 4 de febrero la jueza deberá decidir si mantiene a Garzón en libertad, o hace lugar a la apelación de la familia.
Más víctimas
Dos mujeres denunciaron hoy públicamente que el comerciante acusado de abusar sexualmente de una joven venezolana de 18 años en su local del barrio porteño de Balvanera las acosó y las invitó «a salir» en pleno ámbito laboral.
«Estuve a punto de ser una víctima más», aseguró esta tarde en declaraciones a A24 una mujer que se identificó como Paola, quien comentó que ella fue al comercio del imputado Irineo Humberto Garzón Martínez (35), en septiembre último cuando él la citó un día a la noche, cuando el local estaba cerrado.
Según la joven, quien decidió hacer su caso público tras enterarse de lo ocurrido con la víctima venezolana, el comerciante le dijo que estaba «buscando alguien para salir» y en ese sentido le indicó: «Si tú vas a trabajar conmigo tenemos que tener algo».
Paola recordó que en ese momento ella «tenía muchísimo miedo» pero que trató de no evidenciarlo delante de él, quien le preguntó si quería «algo para tomar».
«Yo le dije que no quería nada que me quería ir», relató la joven, tras lo cual, el acusado le ofreció mostrarle el taller de arriba y le insistió en si quería tomar algo.
«Entonces le mentí y le dije ´si querés, la otra semana vengo a trabajar de prueba y después vemos´», señaló Paola sobre cómo finalmente logró irse del local.
Por su parte, otra joven de nombre Mailén contó que trabajó una semana con el imputado y que le pareció «raro» porque le hacía «preguntas muy personales» que a ella la «hacía poner muy incómoda».
«Había otra chica pero él intentaba encontrarme sola en algún lugar (…) Me invitaba a salir no sólo en persona sino también por teléfono», indicó la joven y agregó que el acusado «se hacía el pobrecito, que necesitaba alguien que lo contenga»
«Le dije que no quería absolutamente nada más que trabajo y él me despidió», continuó Mailén, quien a la semana fue con su padre hasta el local a buscar su remuneración.
«Yo estaba muy asustada y él se desentiendo totalmente, que yo entendí mal y que yo era la culpable», añadió la joven, quien también se animó a denunciar esta situación primero a través de la redes sociales y luego, al conocer el caso de la venezolana, ante los medios.
En tanto, fuentes judiciales informaron que ambas chicas serán citadas a declarar en los próximos días ante la fiscal de la causa, Silvana Russi, para que formalicen sus respectivas denuncias.
Con información de EsReviral
