Junio 10,2019.- Un techo, alimento, y cuidados integrales. Esto tienen los niños, hijos de venezolanos y colombianos retornados que llegan a la Guardería Niña María, en el barrio Puente Barco en Cúcuta. El espacio humanitario llevado de la mano de la Diócesis de Cúcuta recibe a diario a 120 pequeños inmigrantes, y que nació para darles un sitio seguro a estos niños. Así lo reseña laopinion.com.co

En las instalaciones de la Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen funciona el programa de cuidados que arrancó, el 4 de marzo, con 30 niños que fueron ubicados en los semáforos y las calles de la ciudad. Estos eran llevados por los padres a sus sitios de trabajo informales, porque no tenían quien se los cuidara.

Los pequeños, de 2 a 12 años, en condición de vulnerabilidad reciben en este espacio la alimentación, los cuidados y durante cada día de la semana les desarrollan diferentes temáticas como formación en valores, recreación, deporte, religión, cineforo.

De las 7 a.m. a 5 p.m. son cuidados por los voluntarios, que trabajan con la mayor dedicación para lograr la adaptación y la mejor calidad de vida de estos pequeños.

El padre Omar Leonardo Arias, coordinador de la guardería, explicó que el 85 por ciento de los niños son venezolanos y el 15 por ciento son hijos de colombianos retornados.

“Se les ofrece una alimentación balanceada, se les da un desayuno, refrigerio, almuerzo y una merienda a media tarde”, dijo.

En estos tres meses han entregado 15.692 raciones de comidas a los niños. Y según el padre, más de 200 infantes ya han pasado por la guardería.

El padre José Elver Rojas, director de la Fundación Pía Autónoma Asilo Andressen, explicó que los niños son orientados en los procesos de aprendizaje teniendo en cuenta sus edades.

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