De acuerdo con el Comité de Riesgo 19 sectores en siete parroquias de Caroní se han visto afectados por las inundaciones Fotos William Urdaneta

Agosto 01, 2018.- Las afectaciones por la crecida de los ríos Orinoco y Caroní en Ciudad Guayana continúan, así como otras viviendas perjudicadas por las anegaciones en sus sectores. Unas familias se mantienen en sus casas, tomando previsiones para no perder lo poco que tienen, otras han recurrido a los refugios temporales. El balance oficial que hasta el pasado viernes 27 de julio ofreció Protección Civil, ahora queda exclusivamente en manos del Ministerio de Relaciones Interiores, ente que no ha actualizado la información.

El secretario de Gestión Ciudadana en el municipio, Roy Quiaragua, explicó que ahora es el Ministerio de Relaciones Interiores el que maneja las cifras.

“El ministerio ha centralizado las informaciones porque como estamos en la pugna política, personeros de la oposición han agarrado eso como bandera y han hecho su feria, y queremos darle mucha seriedad al asunto. No salimos de la capacidad de asombro de que quieran convertir estas calamidades para ellos hacer su show mediático. El Ministerio de Relaciones Interiores ha ordenado que todo lo concerniente a las afectaciones, ellos mismos serán los que darán el boletín oficial”, alegó.

Hasta el pasado viernes se contabilizaron 404 viviendas, 458 familias (1.484 personas) afectadas por las inundaciones, solo en el municipio Caroní del estado Bolívar. De estas familias, 109 pasaron a los 10 refugios temporales en las parroquias Chirica, Dalla Costa, Cachamay y Simón Bolívar.

Para este martes, aunque no se tienen las cifras oficiales de Protección Civil, es evidente que el número de familias afectadas ha aumentado. En el sector La Laja, parroquia Simón Bolívar, hay tres refugios habilitados donde hasta la semana pasada albergaban a 19 familias; ahora son 28 las refugiadas: 16 en la Escuela Miguel José Sanz, siete en el Jardín de Infancia del sector, y cinco en la iglesia Misionera de Dios.

¿Cómo viven en los refugios?

28 familias (90 personas) permanecen en tres refugios del sector La Laja en San Félix

Luisa Solís, una de las encargadas de la Escuela Miguel José Sanz, aseguró que han recibido el apoyo con agua potable, medicación y vacunación. Como habitante del sector, comentó: “este año para nosotros fue peor que el año pasado, hemos tenido más familias refugiadas”.

No obstante, admite también que a diferencia de 2017, esta vez se prepararon más. Muchas familias sacaron algunos bienes de sus viviendas, otras colocaron camas, cocina, nevera y muebles sobre bloques, de manera que quedara a una altura en la que el río no fuese a dañarlos.

En el preescolar del sector La Laja en San Félix, puertas y paredes están llenas de plagas

“La experiencia del año pasado nos sirvió para prepararnos esta vez. Uno no duerme pendiente del río, eso es una angustia, en la tarde se escucha eso feísimo cuando viene el río creciendo”, agregó.

A las 6:00 de la mañana de este martes, la cota del Caroní bajó a 12,45 msnm. En horas de la tarde, incrementó a 12,76, lo que mantiene la alerta roja.

Las familias refugiadas no solo viven con la angustia de

El Comité de Riesgo informó sobre las jornadas de salud y asistencia social a los afectados

hasta dónde les llegará el agua en sus casas, sino también viven pendientes del acecho del hampa, por lo que deben acudir diariamente a sus casas para cuidarlas de hurtos.

La Escuela Miguel José Sanz no tiene baño habilitado. Deben acudir a casa de familiares y vecinos; incluso, muchos cocinan fuera de la institución. Parte de las limitaciones con las que deben vivir hasta que puedan retornar a sus viviendas.

En todos deben dormir en colchones, pero en el preescolar de La Laja también son acompañados por un cúmulo de plagas durante el día y la noche. En la mayoría de los refugios se han reportado casos de paludismo; de acuerdo con el director de salud de la Alcaldía de Caroní, en promedio han sido de dos a tres casos detectados por refugio.

Maurera reiteró que trabajan no solo en jornadas de fumigación y desmalezamientos, sino en el diagnóstico y tratamiento oportuno para evitar la infección del vector y la propagación de la enfermedad. Además de las jornadas de salud, la medicación para la malaria -aseveró- han sido distribuidos en los módulos de Manoa, Vista al Sol, Pozo Verde y Core 8.

Se conoce que en todo el estado Bolívar hay más de 4 mil personas afectadas. Las estimaciones es que a mediados de agosto empiece el cabeceo de los ríos, y termine de retornar a la normalidad en noviembre.

Vecinos de La Laja afirman que a raíz de lo ocurrido en 2017, este año se prepararon para la crecida del río

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