Los padres del joven asesinado en una manifestación opositora el pasado 26 de abril contaron a la periodista Shirley Varnagy cómo era su hijo | Foto: Instagram

Mayo 06, 2017.- Juan Pernalete, joven asesinado durante una de las manifestaciones opositoras contra el Gobierno de Nicolás Maduro, no sólo anhelaba un cambio para Venezuela, sino que además soñaba en grande. Una lista de deseos, ahora muy bien guardada por su madre, recoge todas las aspiraciones que tenía el  universitario.

Con la fuerza de la juventud, esa que no ve límites ni pone grilletes a los sueños, Pernalete se imaginaba “grande, exitoso”. Una bomba lacrimógena lo impactó en el pecho; la violencia acabó con toda posibilidad de materializar sus metas, que ahora reposan en un papel, escrito por él mismo y que sus padres muestran con dolor, impotencia y desconsuelo.

La periodista Shirley Varnagy conversó con los padres de Pernalete. En la entrevista contaron a la comunicadora social no sólo cómo era su hijo, sino cómo el estudiante visualizaba su futuro.

Quería estudiar y formarse academicamente, ser un reconocido jugador de la NBA, “el mejor jugador del mundo”, escribió. Al final de la lista, una última frase da muestra de esa nobleza del joven de 20 años, esa que según sus padres despertaba admiración entre familiares y amigos. “Quiero conocer muy bien a Dios”, apuntó en el escrito.

El cáncer que padecía su hermana adoptiva y la imposibilidad de conseguirle los medicamentos para su tratamiento, fue una de las principales razones por las que Pernalete decidió sumarse a las movilizaciones convocadas en Caracas.

“Ese niño salió porque su hermana adoptiva sufría de cáncer y no había medicina, porque su papá recorría 20 farmacias para conseguir la medicina; porque su primito chiquito lo único que sabe decir es pasta, allá en Guático,  y todo lo que come es pasta. Mi hijo soñaba, soñaba con un mejor país, como estoy segura que todos esos muchachos sueñan”, dijo con pesar la madre del universitario asesinado.

VIDEO | “Quiero ser grande, quiero conocer muy bien a Dios”, soñaba Juan Pernalete

 

 

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