El silencio de Brasil sobre la situación de Venezuela
El silencio de Brasil sobre la situación de Venezuela
El silencio de Brasil sobre la situación de Venezuela

Junio 26, 2015.-Aliado estratégico de Venezuela en la región, el gobierno izquierdista de Dilma Rousseff observa con cautela la situación política del país caribeño, y guarda un silencio “inexplicable” para la oposición en Brasil, que aprovecha su pasividad para montarle otro frente de batalla.

“Quien calla consiente. El silencio de Brasil es vergonzoso e inmoral” porque la prisión de opositores en Venezuela es “una cuestión humanitaria”, lanzó esta semana Aécio Neves, quien perdió la presidencia de Brasil frente a Rousseff por apenas 3% el año pasado.

Venezuela atraviesa un período de turbulencias, con políticos y estudiantes contrarios al gobierno de Nicolás Maduro encarcelados, en medio de una abrupta caída de ingresos petroleros y descontento popular por una disparada de la inflación y escasez de productos básicos.

Liderado por Neves, un grupo de senadores brasileños de la oposición y de la base aliada del gobierno viajó la semana pasada a Caracas para pedir la liberación de los opositores.

Los parlamentarios pretendían visitar en prisión al líder radical Leopoldo López. Pero la comitiva brasileña no pudo llegar a la cárcel debido a protestas pro-chavistas que cortaron su paso y a manifestantes que agredieron la camioneta en la que viajaban.

El episodio fue el mechero que encendió el debate y colocó nuevamente al gobierno de Rousseff en el banquillo: ¿Por qué no condena las detenciones en Venezuela?

¿Conveniencias?

“El cálculo estratégico de Brasil está preso a esta lectura: tiene una alianza estratégica con Venezuela en América del Sur y debe tener cuidado con las posiciones que adopta”, dijo a la AFP Thiago Gehre Galvao, doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia. Pero “el silencio no significa despreocupación”, apunta. Brasil “tiene una visión sistémica de la región y sabe que cualquier tipo de problema en el vecindario le va a afectar”, agrega.

Rousseff llegó a manifestar en una entrevista a CNN en abril su deseo de que Venezuela libere a los políticos presos, pero en ningún pasaje criticó explícitamente al gobierno de Nicolás Maduro. En un diálogo más reciente con la televisión alemana, volvió a defender su intención de permanecer al margen: “En Brasil no somos golpistas. No estamos a favor de interferencias e intervenciones en países hermanos”.

Esa afirmación le valió reclamos sobre la postura que adoptó Brasil cuando el expresidente de Paraguay Fernando Lugo (2008-2012), también de izquierda, fue destituido de forma sumaria por el Congreso.

En represalia, Argentina, Brasil y Uruguay suspendieron temporalmente a Paraguay del Mercosur y aprovecharon su ausencia para incluir a Venezuela en el bloque regional, una decisión a la que Paraguay se oponía.

“En ese caso, hicieron valer la cláusula democrática del Mercosur y Brasil dio las espaldas a Paraguay por varios meses”, consideró la economista Miriam Leitao en una columna del diario O Globo. “Ahora, el mismo gobierno considera como una interferencia indebida exigir respeto a las libertades individuales de líderes opositores y a la libertad de prensa en Venezuela”, agregó.

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