Las secuelas de los disparos que recibió Rafael Gallardo, facilitaron la formación de coágulos en el miembro inferior izquierdo que originaron la trombosis. Usa tratamiento para disolverlos y evitar que en un bombeo de sangre, alguno de éstos vaya a parar en el cerebro, pulmones o corazón.
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Este martes, el joven convaleciente esperaba junto a su novia el turno para ver al cardiólogo en el Hospital Privado San Juan, donde se le hace seguimiento a la afectación vascular que le ocasionó la rotura de la arteria ilíaca donde se alojó una de las metras que le impactó el funcionario, en la madrugada de protestas del pasado 27 de febrero.
Gallardo tuvo que ser intervenido para restituirle el funcionamiento del intestino y la circulación. Las secuelas de los disparos recibidos, facilitaron la formación de coágulos en el miembro inferior izquierdo que originaron la trombosis. Usa tratamiento para disolverlos y evitar que en un bombeo de sangre, alguno de éstos vaya a parar en el cerebro, pulmones o corazón.
En el conjunto residencial Karuai de los Jardines de Alto Barinas, donde vive Rafael Gallardo con su madre y un hijo de 6 años, todavía están los rastros de la arremetida que sufrió. La pared y un camión 350 tienen los huecos de los otros disparos que le hicieron.
“Yo había salido a cerrar la puerta y me encontré con tres guardias nacionales, pero uno de ellos me disparó dos veces, me escondí ya herido y el camión me salvó la vida”, dijo Rafael Gallardo.
Luego de 20 días del hecho, el joven utiliza una andadera para poder caminar. Usa una media de compresión en la pierna y aunque no siente dolores, pasa la mayor parte del día acostado.
Al momento de conversar con El Universal, él no sabía que sus hermanas le tenían una sorpresa de cumpleaños en casa, un almuerzo, también suculento y que cumple con la dieta que ahora debe consumir.
“Yo no guarimbeaba”
El término que califica humillante, peyorativo y divisionista, que utiliza el Gobierno para dirigirse a los manifestantes, fue mencionado por Rafael Gallardo para enviarle un mensaje a las autoridades: “yo no estaba guarimbeando”.
Ha recibido la visita de funcionarios del Cicpc, a su casa ha llamado el director de la policía de Barinas, general Roque Carmona, pero nadie de la GNB. Le han dicho que avanzan las investigaciones y a pesar de que la persona que lo hirió, supuestamente, está identificada, no hay ningún detenido.
La madre Alicia Zapata sobrevive al trauma. No quiere asomarse a la puerta de la casa y le cuesta superar lo que padeció Rafael Gallardo. El único hijo de la víctima no termina de entender qué le sucedió a su papá. Por recomendación de la sicólogo que trata al menor, todavía no le han contado la historia real, solo le han dicho que fue un percance.
Gallardo y su familia, esperan que pronto se haga justicia.
