15 marzo, 2014 Jesús Gómez: “Sentí dolor cuando me enteré de tantas muertes en el país”
Ya en libertad, bajo medida cautelar otorgada por el tribunal, y luego de permanecer 33 días preso en la cárcel de Coro, lejos de su estado natal, Jesús André Gómez Trejo, el estudiante de la Ucat y director nacional de la organización juvenil “Javu, relató parte de lo que vivió ese tiempo privado de libertad, al confesar que el dolor más grande que sintió fue al enterarse de las muertes que estaban ocurriendo en el país, en el marco de las protestas de calle, y el estar solo, alejado de su familia.
“El trauma comenzó el día de la audiencia, cuando el juez dicta que, por seguridad mía, iría a la Comunidad Penitenciaria de Coro. Ahí no me dio tiempo ni de llorar. Estaba asombrado, porque la justicia trabajó demasiado rápido. Yo pensé que el abogado podía introducir un recurso de amparo, pero no. Cuando escucho que dicen que el helicóptero ya está en el aeropuerto de Paramillo, esperándonos. En siete minutos estuvimos en el aeropuerto de Santo Domingo, donde ya esperaba por nosotros la nave; es decir, es obvio que todo estaba preparado. En mi testimonio, le solicité a la ciudadana fiscal que buscara los videos de la Ucat, porque yo nunca participé en esa protesta. Nunca lo he negado, ni lo negaré, he realizado muchas protestas, incluso el sacrificio más grande que he hecho, participar en la caminata de casi mil kilómetros, hasta Caracas, en apoyo a la impugnación a las elecciones presidenciales, pero en esa protesta en la que me involucran no estuve”.
Aclaró cómo fue el trato recibido en prisión, para salirle al paso a rumores que surgieron a raíz de su traslado a la cárcel de Coro, en los que se especuló que la población penitenciaria los rechazó (a él y a los hermanos Manrique), y otros, que fueron protegidos.
“No hubo violación de mis derechos humanos, en el sentido de agresión física, pero sí a mis ideales, al corte de cabello (fue rapado); tenía que cumplir Orden Cerrado, porque es un penal tomado por el Gobierno. Me hacían gritar: ¡Chávez vive, la lucha sigue!, canciones que definen al oficialismo, pues. Gracias a Dios, yo estaba recluido en el área de exfuncionarios y allí, en esa ala había un televisor. Me dolió mucho enterarme de la muerte de tantos venezolanos. A mí me preguntan hoy qué significa política y para mí significa tristeza, dolor. Mientras los dirigentes están en sus casas sin sufrir desabastecimiento, los familiares están llorando sus muertos, hayan sido de derecha o de izquierda, es lo mismo, eran venezolanos. Por eso, yo hago el llamado, por favor, si vamos a seguir luchando, mantengámonos en la calle en el marco de la Constitución. Desliguémonos de esos grupos violentos que se hacen llamar de derecha y son de izquierda, que no quieren la estabilidad del país”.
Continuó: —No deseo meterle más candela al país, creo que estamos en un momento de que sigamos en la calle; pero, repito, en el marco de la Constitución. Yo lo digo y siempre lo diré, mientras que el artículo 68 siga en la Constitución venezolana, yo continuaré protestando. El mismo gobierno sabe que los violentos son ellos y no nosotros. Entonces, no entiendo cómo el ciudadano Nicolás Maduro promueve conferencias nacionales de paz, mientras que el ciudadano Diosdado Cabello sale, por otro lado, agrediéndonos verbalmente. Entonces, aquí ellos tienen que darle un parado a todo, el cerco comunicacional es grande. Si ellos dicen que estamos en democracia, ellos tienen que respetar a los medios de comunicación que expresan lo que ven. Que los venezolanos decidan si ese medio tiene o no tiene razón. Entonces, no se tienen que preocupar por agredir a los medios de comunicación, porque eso también genera violencia. También evitar la agresión a líderes políticos nacionales. Hablan de no a la injerencia extranjera, pero tienen un número de no sé cuántos cubanos aquí, quitándole un puesto de empleo a un venezolano.
“Creí que bromeaban sobre mi liberación”
Señaló el director nacional de la organización juvenil “Javu” que, cuando se enteró de su liberación, no sabía si creerlo o no. Surgió cierta camaradería con los custodios del centro de reclusión, en el que algunas veces bromeaban con que lo enviarían a El Dorado (otro centro de reclusión), por lo que cuando le informaron sobre la medida cautelar que le otorgaron, pensó que era otra broma.
“Tenía ya cuatro días que los custodios me decían que me trasladarían a El Dorado, porque yo me estaba quejando por la comida, porque me raparon el cabello, porque me hacían practicar orden cerrado. En ese centro penitenciario, uno de los más grandes pero que sufre de hacinamiento, de retardo procesal, tienen como costumbre que el que se queja lo trasladan para El Dorado; pero eran chanzas, jugaban conmigo. Cuando dijeron: Jesús Gómez se va de libertad, pensé que era jugando. Tuve dos emociones, en ese momento, la alegría por salir libre, y otra, la tristeza que tengo desde la primera muerte que hubo”.
Dijo no sentirse culpable, de ninguna manera, por todo lo que ha ocurrido tras su detención y la de los hermanos Manrique, pues sostiene que es una víctima a la que han difamado y humillado. Confesó también que cuando se enteró de la liberación de los hermanos Manrique, sintió alegría por ellos, pero gran tristeza por quedarse allá.
“Lloré, no me da pena decirlo. A ellos los sacan a la una de la madrugada, y yo estaba consciente de que yo me quedaba preso. No por la medida cautelar, sino por ser el director nacional de uno de los movimientos juveniles que más luchas ha emprendido en estos 15 años, en pro de la democracia. Pero me quedaba solo, era la realidad. Ahí todavía no me habían pasado para el área de los funcionarios, estaba en una celda solo para mí. Veía por la ventana una montaña y decía: Dios, que se haga tu voluntad. Estoy solo. Al principio cometieron un gran error, que fue recluirnos en el área de los ‘pranes’. Tuve la oportunidad de conocer a 32 ‘pranes’ de los centros penitenciarios que ha tomado este gobierno. No estaban de acuerdo con nuestra detención; decían que ellos estaban conscientes de los delitos que ellos sí habían cometido, pero que no era justo con nosotros”.
Jesús dedujo que el peor de los escenarios en el que podía terminar era permanecer mínimo dos meses en la cárcel, y que en el mejor de los casos, con bastante escepticismo, podría al menos ser trasladado a Táchira, cerca de sus seres queridos, su madre, sus dos hijos, su novia y sus amigos, que siempre abogaron por él.
Se dirigió al gobernador Vielma Mora y al presidente Nicolás Maduro, a quienes les aseguró que le abruma pensar que haya más muertes en el país, en el Táchira, “y menos por política. Una muestra de la paz que buscan sería, por ejemplo, la liberación del comisario Iván Simonovis, que ya pagó los que tenía que pagar, si cometió algún delito. Y lo peor que pueden hacer es privar de libertad a un estudiante, porque ahí empieza la llama. Yo pensé que iban a ser solo protestas, no sabía que tomarían estas proporciones que han tomado, y menos que habría tantos abusos. Finalmente, un llamado a los estudiantes y sociedad civil que siguen en protesta: hagámoslo pero en paz, sin violencia, no traigamos más dolor a nuestras familias, a nuestro estado, al país”, añadió mientras visitaba el altar que le tienen en la avenida Carabobo al estudiante de la Unet, Daniel Tinoco, asesinado el pasado lunes, por criminales desconocidos que le dieron un tiro en el pecho.
Miriam Bustos
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