¿Qué debe hacer Colombia con los venezolanos que siguen llegando?

La cifra millonaria se refleja en un estudio de Migración Colombia con corte al 31 de octubre de 2019, números que aparte de causar impresión, son un indicador de que el éxodo venezolano es un fenómeno de movilidad humana que el país no había visto hasta ahora. De hecho, es la segunda movilización más grande de la década, después de la de Turquía.

Respecto a las ciudades más importantes, de los millones de migrantes en Colombia, un total de 327.635 (20 %) están radicados en Bogotá; 93.140 en Barranquilla; 92,864 en Cúcuta, zona que es paso principal entre ambos países, y para finalizar 78.622 en Medellín.

Y la llegada no cesa, Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, posterior a los sucesos del 5 de enero en el Parlamento venezolano, cerca de 200 mil personas cruzaron por los siete pasos fronterizos entre Colombia y Venezuela, en apenas 72 horas, todo esto resultado de la crisis provocada por el actuar de Nicolás Maduro.

Sin duda es un tema que no se puede pretender abordar a la ligera, un fenómeno con distintos matices e implicaciones, y aunque no se debe ignorar que Colombia es uno de los países que en materia de medidas para reincorporar socialmente a los migrantes no se ha quedado quieto, aún son bastantes los retos que tiene el Estado para abordar la situación.

Felipe Muñoz gerente de la frontera con Venezuela, le contó a EL TIEMPO que para este año se prevé un aumento en la llegada, resultado de las medidas de países como “Ecuador, Perú y Bolivia de restringir las entrada de venezolanos“.

Y para hacerle frente al fenómeno se tiene “una estrategia para este 2020 basada en 4 pilares, el primero es avanzar en los mecanismos de regularización de la población migrante; el segundo se trata de atención humanitaria de segunda generación, el tercero es la articulación con autoridades locales y por último la inclusión socioeconómica para los migrantes”.

Pero sin duda lo preocupante es que por primera vez en cinco años, el número de migrantes en condición irregular, es decir que no han registrado su entrada al territorio, superó a los que tienen sus papeles al día. Como reza en el informe, 719.189 venezolanos están de forma regular en el país y 911.714 están en condición de irregularidad.

De la misma manera Ronal F. Rodríguez, vocero e investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, no descartó que las cifras de llegada de migrantes sean mucho mayores a las esperadas.

“Nosotros consideramos como Observatorio de Venezuela que esto puede ser un pico, la migración ha venido creciendo de manera importante: en el 2014 hablábamos de más de 23.000 en territorio colombiano, para el 2016 eran 53.000, para el 2018 ya era un 1’000.000, y al final del año pasado eran 1’600.000, eso quiere decir que solamente en un año el fenómeno migratorio creció más del 50%.”, dijo

Sumado a esto el experto explica que no se puede descartar que las cifras de Migración Colombia tengan subregistro, y que la cifra a fin de año ascienda a más de “2’222.100, o números mayores” basado en que entre febrero y junio del año pasado la frontera estuvo cerrada, y en este lapso “el registro fue una cuestión absolutamente voluntaria de los venezolanos, así que realmente no sabemos cuál fue el número de venezolanos que ingresó a territorio durante ese periodo.”

Colombia y Venezuela colindan con una frontera de 2.219 kilómetros que se extiende desde la selva amazónica hasta el mar Caribe pasando por ríos, bosques y desiertos, terrenos sumamente complejos.

Se pronostica que esta movilización humana alcance en el 2020 la cifra más alto de la historia. Pero, ¿a qué se enfrenta Colombia?

Los riesgos

Es delicado saber atender la llegada de los migrantes por otros pasos no convencionales, porque esto puede llegar a ser aliento para que los grupos al margen de la ley encuentren en esto una forma de financiar sus negocios, como ya se ha visto, pues se sabe que en límites fronterizos algunos grupos delincuenciales cobraban entre $20.000 y $50.000 pesos a los venezolanos que buscaban cruzar por las trochas ilegales. Estas situaciones continúan exponiendo a migrantes irregulares, a riesgos significativos de trata/contrabando, así como explotación y abuso.

Otro problema es la apátrida a la que se pueden ver sometidos los niños venezolanos, que pueden llegar a quedar sin patria. Así lo explicó el vocero del Observatorio de Venezuela, dejando claro que a diario nacen muchos niños de padres venezolanos en Colombia, y que se les debe regularizar y dar la nacionalidad.

“A veces nos cuesta trabajo entender que estos niños están ingresando a nuestro sistema y su dinámica de interacción con el Estado. Estos niños se van a convertir en ciudadanos colombianos tarde o temprano y en ese orden de ideas su ciudadanía implica que se les empiece a respetar sus derechos, que cumplan y asuman sus responsabilidades y deberes”,

Los retos

En cuanto a educación se conoce que son cerca de 210.000 niños venezolanos los que son parte activa del sistema educativo; pese a esto, el pronóstico es que la solicitud de cupos aumente este año.

Las docentes Nubia Ramírez y Gina Caicedo, de la Facultad de Ciencias de la Educación, de la Universidad del Externado, presentaron un estudio realizado en conjunto con cinco instituciones educativas del Distrito, que es la muestra de la necesidad de “una oportuna capacitación a los docentes para que promuevan en niños y jóvenes acciones de inclusión y tolerancia hacia quienes migran a nuestro país en búsqueda de mejores oportunidades.”

Por otro lado las labores de inclusión laboral son parte importante de la regularización de esta población, y esto hace parte de los 4 pilares que el gerente de Frontera Venezuela, dijo que tenían para 2020, trabajar en la inclusión de población en materia laboral y financiera.

Una de las cosas que se debe combatir es la xenofobia, pues se ha generalizado un discurso de odio contra los migrantes venezolanos resultado de algunas conductas delictivas y principalmente por la generalización de los colombianos, es una arista que requiere atención.

Rodríguez alerta que la sociedad colombiana puede llegar a “vivir un episodio donde la xenofobia esté sobre la mesa, tanto la xenofobia como la aporofobia, es decir el miedo al pobre” a su vez dijo que con los problemas de seguridad y la histeria colectiva que se sintió en la ciudad el día del toque de queda en noviembre del año pasado, “lo que se demostró, es que se desnudó un comportamiento social, en el cual se identificaba al migrante venezolano, como un objeto culpable de los problemas de la ciudadanía.”

Así las cosas se entiende que el éxodo, como lo dijo Muñoz “ya no es un tema temporal, sino que muchos de los que llegaron se van a quedar (…) no es un tema solo de ayuda humanitaria, sino de trabajar porque ellos puedan integrarse a la sociedad efectivamente.”

Los expertos coinciden en que es una labor ardua que requiere atención internacional y que por ahora serán los gobiernos locales los que van a tener que generar políticas estructuradas para la integración de una migración que llegó para quedarse.

Con información de El Tiempo