Mayo 26, 2018.- Este 24 de mayo se cumplió un año de aquella incursión policial y militar al Decanato de la Universidad de Oriente (UDO) en Ciudad Bolívar, y que tuvo como resultado el primer joven en el estado que fue asesinado en medio de represiones a protestas. La víctima: el estudiante Augusto Sergio Puga Velásquez, de 22 años de edad.
A un año de su asesinato, dirigentes juveniles de diferentes partidos en el municipio Caroní se pronunciaron para recordar su lucha y la del resto de jóvenes, unos asesinados, otros que han emigrado y el resto que continúa en el país, apostando a un cambio en Venezuela.
“Su vida se la llevó funcionarios policiales y militares que accionaron sus armas contra el Decanato. Augusto estaba en una protesta pacífica, y la respuesta de la dictadura fue el asesinato”, manifestó el secretario juvenil de Un Nuevo Tiempo (UNT), Dervi Zorrilla.
“Hoy recordamos el vil asesinato de Augusto Puga, y ratificamos su lucha, la de rescatar esa Venezuela libre y democrática. Reafirmamos que vamos a seguir a lo largo del país exigiendo nuestros derechos, exigiendo condiciones justas para que los venezolanos puedan elegir (…). Pedimos justicia para que ningún caso de estos jóvenes asesinados vilmente quede impune”, agregó el responsable juvenil de Voluntad Popular en Caroní, Jhorvys Álvarez.
Junto a los jóvenes estuvo Nitza Quijada, quien fue profesora de Augusto por dos años, cuando este cursó primaria en el Colegio Nuestra Señora de Fátima, en San Félix.
“Fue un alumno muy aplicado, respetuoso, excelente hijo y vilmente asesinado. Tenía el derecho de disfrutar, de gozar como hijo, hermano, como ciudadano, demostrarle al mundo la excelencia que traía como persona. Era muy callado, pero siempre con esas aspiraciones de superarse y se enrumbó hacia la universidad con sacrificios de sus padres, y su tiempo fue tan corto en esta vida. Ahora nos queda el recuerdo”, lamentó la docente.
La dictadura mató a un futuro médico
Puga quería ser médico. El día de su asesinato, se registraban protestas en todo el país, incluyendo Ciudad Bolívar, específicamente en el Paseo Meneses. En horas de la tarde de aquel 24 de mayo comenzó el caos. No eran solo las bombas lacrimógenas y los perdigones de la Guardia Nacional y Policía del estado Bolívar contra manifestantes, sino que los funcionarios violaron la autonomía universitaria e ingresaron al Decanato de la UDO.
La represión fue mucho más allá, y al menos ocho jóvenes resultaron heridos de bala; una novena víctima recibió también un impacto de arma de fuego en la cabeza, fue Augusto.
Las denuncias de ese día fueron peor. Augusto pasó horas agonizando porque ni la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ni la Policía del estado Bolívar (PEB) permitía el ingreso de una ambulancia, tampoco sacar a los heridos para llevarlos a Emergencia.
Finalmente fue trasladado al Complejo Hospitalario Universitario Ruiz y Páez, para ser intervenido quirúrgicamente, esperaba por un medicamento para pararle la hemorragia. No resistió y horas después falleció.
Por el hecho fueron privados de libertad los oficiales Annel Medina Delgadillo, Gabriel Centeno Navas, Luis Contino Freides, Edduar Infante Guzmán, Derquis Pérez y al sargento Cristhiam Arzolay, como coautores en el delito de homicidio intencional calificado con alevosía en perjuicio de Puga.
