nezolanos salen cada día por Brasil en busca de una vida mejor. Se podría deducir, dice Rincones, que la la mayor fuerza del exilio es la económica FOTO www.panorama.com.ve

Diciembre 26, 2017.- Ante la ausencia de un Estado, el exiliado debe construir  su ciudadanía del bien y apoyarse en leyes sabias. Debe buscar mucha fuerza en sus pares y en su interior, sostiene la profesora de literatura Rosix Rincones.

En memoria de mi muy estimado profesor Dr.Michael Manheim

De todas las fuerzas que empujan a la gente hacia el destierro, parafraseando al poeta León Felipe, una es aquella de que la semilla no germina porque la tierra no da para más. O como diría también Juan Rulfo en Pedro Páramo, o por aquella de que los frutos ya han perdido el sabor. De estas dos visiones se podría deducir que la mayor fuerza del exilio es la económica, porque es la que empuja más hacia la salida que cualquier otra. Puede decirse que el exilio, al igual que el desierto económico, son síntomas,  síntomas inmensos que corroen la piel.

En estos días volví a abrir uno de esos libros donde dan cuenta de esa huída que  llaman destierro. Es de esos libros tan bien escritos que se convierten en viejos amigos: se llama  Breve Historia del Antiguo Cercano Oriente del muy prestigioso historiador Siegfried Schwantes.  En sus páginas el autor se esmera en describir los pueblos semitas y fue allí donde supe que árabes y judíos son la misma familia. Disertaba el historiador sobre las virtudes de los idiomas semitas y del arameo como la lingua franca de estos pueblos en la antigüedad, quizás ésta última el legado más importante de los arameos. Es una lectura que deleita con sus detalles sobre la morfosintaxis y la fonética de esos idiomas, como si se tratara de un personaje literario. Un hermoso viaje en el tiempo. Fue desde su lectura que supe del verdor antiguo de muchas regiones del cercano Oriente que han sido arrasadas por el infortunio de reinados implacables. A través de otros historiadores también se puede saber sobre cómo la violencia política acabó con árboles frutales,  bosques y  amplias praderas, solo para asegurarse de acabar con la gente y expulsarla hacia el hambre y  la enfermedad. Porque cuando se piensa en la mano del hombre como causa de la desertificación y  de las tierras yermas, hay que seriamente apuntar el dedo hacia la corrupción política y la pobreza de espíritu. Según Schwantes, es esa corrupción moral la mayor causa de la desbandada y el exilio.

ComillasNEGRASgrandesPorque cuando se piensa en la mano del hombre como causa de la desertificación y de las tierras yermas, hay que seriamente apuntar el dedo hacia la corrupción política y la pobreza de espíritu. Según Schwantes, es esa corrupción moral la mayor causa de la desbandada y el exilio”.

Como otros libros de historia, Schwantes no deja de ofrecernos también una visión positiva hacia dónde mirar. De los Israelitas, reconoce que los pocos que regresaron  a Judea después de uno de sus destierros, estuvieron descorazonados de encontrar ciudades en ruinas y muy pocos vestigios de su cultura. Sin embargo resucitaron, porque la resurrección existe en el alma humana. El historiador concede ese milagro a la fuerza espiritual de los profetas, y al temple que significó esperar muchos años para la reconstrucción. El destierro es una pesadilla y son muy pocos los elegidos para entender su trascendencia en la vida de los pueblos. Es además una hazaña, legar el propósito de lucha que significa reconstruir y conservar una cultura.

El destierro hace que los pueblos se sientan abandonados y, por ello recurren a sus valores espirituales. Ante la ausencia de un Estado, el exiliado debe construir  su ciudadanía del bien y apoyarse en leyes sabias. Debe buscar mucha fuerza en sus pares y en su interior. Debe poseer esa plenitud que da el saber, que cada individuo es único e irrepetible en la creación.

http://correodelcaroni.com/index.php/opinion/item/61179-destierro-y-ciudadania

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