Octubre 18, 2016.-La cifra de inmigrantes indocumentados que cruzó la frontera entre México y EEUU creció un 23% este año fiscal, hasta 408,870 personas respecto al periodo anterior, informó este lunes el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Las cifras publicadas hoy ponen de relieve la creciente inmigración desde Centroamérica a Estados Unidos, una tendencia que alcanzó su punto de mayor repercusión mediática en el verano de 2014, cuando miles de niños cruzaron solos la frontera tras un largo y peligroso viaje.

En concreto, en este año fiscal (del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2016), 408,870 inmigrantes cruzaron la frontera suroeste y fueron apresados por la Patrulla Fronteriza, es decir, un 23% más que en el año fiscal anterior, cuando la cifra de indocumentados fue de 331,333.

El incremento de niños que cruzaron solos la frontera entre México y EEUU fue del 50%, pues en este año fiscal se registraron 59,692 detenciones frente a las 39,970 del periodo anterior.

A pesar del aumento, el cruce y aprehensión de menores es más bajo que en 2014, cuando 68.541 niños llegaron a Estados Unidos.

“La llegada de niños no acompañados y de familias ha representado nuevos desafíos para nuestro sistema migratorio”, reconoció en un comunicado el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson.

La llegada en el verano de 2014 de miles de niños indocumentados a EEUU coincidió con la proclamación por el Gobierno mexicano en julio de 2014 del plan “Frontera Sur” que ha provocado un aumento de las deportaciones de centroamericanos que llegan a la frontera del sur de México, según un análisis del pasado año de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, en inglés).

Por tanto, la llegada de indocumentados a EEUU durante este año es diferente a la de 2014 porque se produce en diferentes circunstancias y con un plan que, entre otras cosas, ha dificultado que los indocumentados crucen México en el peligroso tren de mercancías apodado “La Bestia”.

En el marco de colaboración, Johnson visitó la semana pasada México para reunirse con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto; el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; la canciller mexicana, Claudia Ruiz Massieu; la fiscal general, Arely Gómez; y el secretario mexicano de Hacienda, José Antonio Meade.

“Nuestra relación de trabajo es fuerte y nos hemos comprometido a hacer incluso más en favor de nuestros intereses de seguridad en la frontera que compartimos”, subrayó hoy Johnson en su nota.

En su sexto viaje a México, el secretario de Seguridad Nacional y las autoridades mexicanas llegaron a un acuerdo para crear un grupo de trabajo con el fin de garantizar un diálogo sobre seguridad que tenga carácter permanente y continúe una vez que Peña Nieto y el presidente, Barack Obama, dejen el poder.

En clave interna, Johnson, responsable de las políticas migratorias de EEUU, aseguró que el Gobierno “está decidido a tratar a los inmigrantes de manera humana” y a cumplir con las prioridades que Obama anunció en noviembre de 2014 para que fueran expulsados del país los criminales y no las familias.

“Solo los muros no detendrán la inmigración ilegal”, subrayó Johnson, en una referencia velada a la propuesta del candidato presidencial republicano, Donald Trump, de construir un muro entre México y Estados Unidos con el objetivo de detener la llegada de inmigrantes indocumentados.

Para Johnson, “la seguridad fronteriza por sí sola no puede superar los poderosos factores de empuje de la pobreza y la violencia que existen en Centroamérica” y, por ello, es necesario “invertir a largo plazo” en los países del Triángulo Norte, es decir, El Salvador, Honduras y Guatemala.

“La demografía de los inmigrantes indocumentados en nuestra frontera sur ha cambiado significativamente en los últimos 15 años”, observó Johnson, quien apuntó a una bajada de la inmigración entre los mexicanos y a un continuo crecimiento de inmigración entre las personas procedentes de Centroamérica.

Eso es así porque miles de centroamericanos consideran que el camino hacia el norte es la única salida para huir de la asfixia de las pandillas, la corrupción y la falta de oportunidades económicas.