Agosto 30, 2016.-El sacerdote abandonó su parroquia, y en su recorrido ha sido acompañado por miles de venezolanos que ven en él una esperanza en medio del dolor del país

Esta es la historia de un pueblo a las orillas del río Orinoco, en Venezuela, tan aislado que cuando lo fundaron, hace 400 años, le pusieron por nombre Soledad; y de su párroco, Lenín Bastidas, un sacerdote diocesano que hace 15 días renunció a todo, incluso a su salud, y emprendió una peregrinación hacia Caracas, por la paz y la libertad de su país.

Salió sin saber cuántos kilómetros tiene el viaje, que asumió con su sotana y poco más: según Google Maps, por la vía que aparentemente escogió, serán 644 kilómetros los que Bastidas recorrerá hasta llegar a la capital del país suramericano, antes de la llamada “Toma de Caracas” con la que la oposición exigirá un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro, al que uno de cada dos ciudadanos responsabiliza directamente de las desgracias que vive Venezuela.

En el camino, Bastidas ha encontrado múltiples testimonios de fe y las oraciones de miles de personas que lo han ido acompañando en un momento o en otro.

Bastidas conversó con PanAm Post desde la población de El Sombrero, en Guárico, más o menos a la mitad de su camino. Como Jerzy Popieluszko u otros innumerables mártires cristianos, está dispuesto a dar su vida por la Libertad de su país. Y señala que lo alienta la fe de los que le dicen “siga, padre, que yo sé que el mundo lo va a escuchar”.

¿Qué lo motiva a hacer este viaje, cuántos kilómetros va a hacer y cómo se siente en este momento?

La motivación es evidente. Como venezolano, y más aún como sacerdote, veo el rostro de la miseria a cada momento en mi Patria, y sobre todo en la parroquia donde he tenido que desempeñarme como párroco. Lo que más me motiva a emprender esta lucha por la Paz de Venezuela es que quiero recuperar los sueños de nuestros niños que están pasando hambre; las esperanzas de nuestros jóvenes, que la mayoría de ellos están desempleados; y las alegrías de nuestros viejos, que están preocupados, pendientes de qué van a comer, qué van a hacer.

Yo he sentido que pueden confiar en mí, se me acercan y me dicen: “Padre, cómo es posible que estemos pasando esta hambre, que nuestras familias se estén muriendo porque no hay medicamentos”.

No puede usted imaginarse todo lo que me han contado en este recorrido por Venezuela, porque esto comenzó como una caminata, pero se ha convertido en un recorrido: Hemos tenido que prestar mucha atención a las grandes poblaciones, a las grandes ciudades que voy encontrando en el camino.

He tenido que dejarme custodiar, por recomendación de la seguridad del Estado, por una patrulla policial, para evitar conflictos, porque temen que pueda pasarme algo; yo nunca imaginé que iba a encontrar tanta gente con esperanza, tanta gente que aún confía en Dios, que cree en Jesucristo y en que un pastor está caminando por ellos, está haciendo este sacrificio.

¿Sabe de qué cuerpo policial es la patrulla que lo acompaña?

Tengo entendido que, desde que esto se volvió noticia, estoy siendo protegido por el Sebin (la policía política).

¿De dónde salió, y cuando llegue a Caracas, cuántos kilómetros habrá recorrido?

Yo no le puedo hablar de kilómetros, porque no tengo cómo medirlos. Yo salí de un lugar que se llama La Guaratera, caminé ese gran trecho desde La Guaratera, caminé de allí hasta El Tigre, que son bastantes kilómetros; y así ha ido transcurriendo el viaje hasta que llegue a Caracas.

Ahora estoy en El Sombrero, Guárico. La gente tiene tantas necesidades que yo pienso pasar por una avenida principal y me meten a la ciudad, me piden que vaya a las Iglesias, que haga oración a la gente… Veo cómo en cada ciudad la gente llora al verme como sacerdote, caminando, y lo único que le dicen a uno es “gracias, padre, por estar haciendo esto, gracias, porque sé que el mundo lo va a escuchar”, porque yo he dicho que estoy dispuesto a morir por esta causa, por la Libertad del pueblo venezolano.

He atendido a muchísimas personas, hasta el punto de que ellos ven que es Jesucristo el que se está ocupando de cada uno de los habitantes de la Nación.

¿Este viaje fue producto de una inspiración, o usted se preparó para él? ¿Cómo llegó usted a decir “voy a caminar hasta Caracas por la Libertad de Venezuela”?

Yo siempre he creído que, al igual que Simón Bolívar, “soy un hombre de sentimientos nobles y liberales”. Y siempre he creído que nací para hacer algo productivo por el pueblo, y por eso me ordené sacerdote, pensando en ayudar a la gente.

Esto no fue planeado, para nada. El 15 de agosto, en la parroquia del municipio Independencia, estaban el obispo diocesano, las autoridades civiles, el pueblo en general, participando de la actividad, y yo ya sentía que a Venezuela teníamos que rescatarla de esta situación.

Cuando terminó la misa, tras la oración postcomunión, yo le pedí al señor obispo que me concediera el derecho de palabra, y en ese momento, yo le dije que renunciaba a la parroquia, porque me preocupaba el 1 de septiembre, porque yo no creo en las marchas, porque yo creo que son un instrumento político para utilizar al pueblo, y así como va gente de bien a esas marchas también va gente que quiere hacer daño, y yo no quiero que esto se vaya a tornar violento.

Recorrido aproximado de Lenín Bastidas en su caminata por la Libertad de Venezuela. (Google Maps)
Recorrido aproximado de Lenín Bastidas en su caminata por la Libertad de Venezuela. (Google Maps)

Yo pensando en esas cosas, y en que la gente no vaya a exponerse el 1 de septiembre, que no vaya a ser marioneta de políticos corruptos ni de la Cuarta ni de la Quinta República, entonces ese día, en plena misa dije: “renuncio a la parroquia, porque voy a caminar a Caracas, hasta que se dé una salida democrática a esta situación, esta crisis humanitaria que se está viviendo en Venezuela”.

De sus palabras, deduzco que tampoco usted es opositor, por lo menos no de la oposición política…

Lógicamente, yo no me estoy calificando de ninguno, porque estoy actuando como pastor, yo tengo la obligación de asistir tanto a la gente del oficialismo, como de la oposición; tomé la decisión de avanzar hasta Caracas con la intención de realizar una vigilia previa al 1 de septiembre, está convocada para el 29, llamé a los obispos que convoquen a esta vigilia nacional para el 29 de agosto, día del martirio de San Juan Bautista, y con ella tocar los corazones de los dirigentes y de los que aspiran también, para pacificar los corazones, y que recordemos que somos hermanos, y que si esa marcha se da, que se dé como hermanos, no con otras intenciones.

¿Cómo está su salud, padre, considerando que no se preparó para esta larga caminata? ¿Qué edad tiene usted?

Yo tengo 35 años, pero he tenido algunos problemitas de salud, porque en algunas ocasiones se me baja el azúcar. Más que nada los problemas que he tenido son por falta de descanso, porque he pasado tres años consecutivos en la parroquia, con los jóvenes y con todo, y han sido intensos, no me he ido de vacaciones.

Pero a mí no me importa mi fuerza física, lo que me importa es el amor que le tengo al pueblo y la fuerza que tengo para hacer esto, para emprender una lucha para liberar a la Nación. Yo hablo muy en serio cuando digo que estoy dispuesto a morir, si es necesario, para que se dé una salida a esta situación tan difícil que vivimos los venezolanos. Cada día esto se torna peor.

Usted aspira estar el 29 en Caracas. ¿Dónde sería esa vigilia?

Yo aspiro estar el 29 en Caracas. Ahora voy a una población que se llama Ospino, luego, me están esperando en San Juan de Los Morros. A esa población le voy a dedicar tiempo.

El 28 quiero estar en Cagua, que ya es un punto muy cercano a la capital, pero quiero ir a Valencia, al Monumento de Carabobo, porque quiero montarme en un caballo y allí voy a hacer el Juramento, como el que hizo Bolívar en el Monte Sacro, así voy a jurar delante de este monumento donde lucharon nuestros jóvenes, voy a jurar que así sea a costa de mi propia vida, voy a liberar al pueblo venezolano del odio y del rencor que lo oprimen y que han generado tanta corrupción, tanta violencia, tanta desgracia, tanto terror en la gente de nuestro pueblo.

Un mensaje para el pueblo venezolano… 

Yo le puedo decir al pueblo venezolano que cuente con Dios. Que Dios para librar a los pueblos de las desgracias no ha tenido que elegir hombres poderosos con armas, sino que ha elegido a los más sencillos. Que sigamos luchando para que nunca más ninguna de nuestras naciones sean sometidas por nadie. Que Dios no disfruta al vernos sufrir, que lo único que quiere de nosotros, que tengamos fe, y el criterio para que, cuando vayamos a elegir a nuestros líderes, analicemos su vida, veamos si tienen principios o no.

Yo solo le pido a mi señor Jesús que le traiga la Paz inmediata a Venezuela y que seamos realmente libres. Justicia y libertad para el mundo.

http://es.panampost.com/pedro-garcia/2016/08/26/lenin-bastidas-el-cura-que-peregrina-por-toda-venezuela-llamando-a-marchar-contra-maduro/