Agosto 27, 2016.-Desde 2010 se registraron en la Guajira 20 muertos, 19 maltratados o torturados, 46 heridos y cientos de allanamientos y detenciones “arbitrarias” por parte del Ejército.

Maracaibo. La comunidad indígena del occidente del país sufre un cambio indeseado en su cotidianidad desde 2010. 20 muertos, 19 maltratados o torturados, 46 heridos y cientos de allanamientos y detenciones “arbitrarias” es el saldo que registra la Comisión de Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez) en la región Guajira, luego de la instauración de los distritos militares en la zona.

Las versiones oficiales justifican los eventos asegurando que se trata de enfrentamientos entre los indígenas y los funcionarios del ejército. No obstante, los familiares de los afectados coinciden en que los únicos que resultan heridos o perjudicados en los sucesos son los nativos. Tampoco existen evidencias de que los civiles estuviesen armados. Así lo afirma Daniela Guerra, directora general de Codhez. El último hecho fatal de esta naturaleza ocurrió el 15 de abril, cuando una persona murió durante una Operación Patria Segura en Molinetes.

“La situación de la Guajira es muy crítica. Comenzando por la violación a los derechos humanos, reprensión y choque entre dos culturas. Es contradictorio que un Gobierno que se hace llamar humanista y defensor de los derechos indígenas no haya educado a las Fuerzas Armadas sobre cómo comportarse en territorio netamente indígena, donde tienen usos y costumbres”, asevera Virgilio Ferrer, diputado indígena del occidente a la Asamblea Nacional (AN).

A esta amenaza se unen las distorsiones a las que se enfrenta el resto del Zulia, pero en mayor magnitud. La escasez de comida y de insumos médicos, además de fallas del servicio eléctrico de hasta 48 horas, vuelven a la etnia aún más vulnerable. La subregión puede sustentarse únicamente a través de bolsas de comida vendidas casa por casa cada 15 días, pues no existen abastos de las redes alimentarias que funcionen. Solo productos revendidos cubren el mercado, pero los precios son inaccesibles para una población cuya principal actividad económica es la agricultura y la cría de ovejos, expuso Guerra.

Esto explica los crecientes casos de malnutrición: “Se ha utilizado el término ‘bachaqueros’ para identificar a los wayuu como los culpables del desabastecimiento de alimentos y se ha creado ese estigma y es mentira, el pueblo wayuu está sufriendo las consecuencias del desabastecimiento”, destaca la dirigente de la organización.

Esta problemática, junto con los casos de la falta de funcionamiento del Hospital Binacional de Paraguaipoa y el de Sinamaica —los únicos de la zona—, se llevaron a la plenaria del Parlamento: “Pegados a la Constitución denunciamos esto ante la Fiscalía y el Ministerio Público. Ahora, tenemos que ser realistas. Nosotros tenemos una situación anormal en el país, es un país totalmente al revés, donde los poderes que deberían ejercer control, no lo hacen”, agrega el diputado indígena.

“Exceso” de militarización provoca cifras rojas en la Guajira