Las voluntarias en primer término Patricia Andrade
Las voluntarias en primer término Patricia Andrade

Venezuela Awareness abrió un programa en el mes de enero para ayudar a los venezolanos que llegan a Miami sin nada, solo con la esperanza de buscar un futuro mejor y por eso necesitan la ayuda de otras personas. Ayuda que se traduce en sábanas, juguetes, ropa, todo es bienvenido para poder empezar otra vida.

 

La situación tan crítica del país, ha llevado a muchos venezolanos a buscar cambiar el rumbo de sus vidas en otros países. Muchos han sido víctimas de robos, secuestros, no encuentran la leche de su bebe o no pueden conseguir medicamentos para las enfermedades de sus hijos y deciden montarse en un avión con las maletas permitidas… y ya. Dejan todo atrás, amigos, familia, hogares, soñando con la “visa para un sueño”. Jamás pensaron que ese merengue que popularizó en los 80 Juan Luís Guerra y que aplicaba para las esperanzas dominicanas, sería una realidad para un país que llegó a ser muy rico.

Estados Unidos es uno de los destinos más buscados, específicamente el Sur de la Florida, donde siempre tienen un conocido o un familiar donde llegar los primeros días. Otros ni siquiera cuentan con esa suerte de poder dormir al principio en casa de un allegado y con el dinero ahorrado compran un carro de segunda mano y lo utilizan como hogar temporal, con la angustia de vivir escondidos para no ser interceptados por la policía que les puede truncar sus esperanzas.

Venezuela Awareness con sede en Miami y dirigida por la abogada venezolana, Patricia Andrade, siempre ha estado pendiente de la situación de los venezolanos emigrantes a Estados Unidos. A esta Fundación se acercan desde hace mucho tiempo en busca de ayuda de todo tipo y uno de los requerimientos que siempre piden es ropa y cosas necesarias para la casa.

Realmente eran muchos los venezolanos que se acercaban, así que decidieron crear en el mes de enero un programa que llamaron Raíces. Con esta idea alquilaron un galpón y a través de las redes sociales corrieron la voz para que todo aquel que quiera regalar cosas de su casa, y que muchas veces lo hacen entregándolas en comunidades eclesiásticas o en los camiones de Goodwill, pues cambien su rumbo y se lo hagan llegar a este programa que ayuda a los venezolanos recién llegados.

En pleno trabajo de clasificación
En pleno trabajo de clasificación

En solo 3 semanas de haber organizado con voluntarios el programa Raíces, se han acercado ya 13 familias pidiendo diferentes insumos. Al principio, cuenta Patricia, era todo muy confuso pues nos pedían juguetes o ropa para una edad determinada y las buscábamos en las grandes cantidades de donaciones que nos han dado los que saben cómo es llegar a un país para adaptarse; pero gracias a la labor de los voluntarios pudimos clasificar todo perfectamente y ahora, “el poderles dar lo que necesitan a muchos venezolanos es una satisfacción. Es muy grato ver la cara de un niño con un carro o de una señora con un coche para su bebe”. Eso si, enfatiza Patricia Andrade, todo debe estar en buenas condiciones.”No vamos a entregar una franela manchada que probablemente nadie, ni siquiera el donante, aceptaría para su hijo”

Según el “Migration Policy Institute” en Estados Unidos hay alrededor de 44 mil venezolanos indocumentados, de los cuales casi la mitad están en el Sur de la Florida, una parte en la zona central, alrededor de tres mil en Nueva York y tres mil en California. El resto está disgregado en diferentes partes de Norteamérica.

Esta ayuda gratuita básica que ofrece Venezuela Awareness bajo el programa de Raíces, tiene un mecanismo para dejar claro todos los pasos de entrega, asegura Andrade. Aquellos que deseen donar algo ya sea insumos o dinero para colaborar con el pago del espacio donde se almacenan los donativos, se comunican con el teléfono 305-559.6244, con quienes se pondrán de acuerdo para recibir las donaciones. Se les dará un recibo indicando lo que están entregando, el cual servirá para las deducciones en el impuesto.

Ese número es también para los que requieren algo. A las personas que reciben igual se les da un recibo y firman una nota de entrega en la que, para que no haya dudas, se especifica que no tuvieron que pagar nada ni dar contraprestación alguna por lo que se están llevando. De manera que todo queda claro y por escrito.

Cuenta Patricia que lo que más solicitan son sábana, almohadas, ropa de niños. La mayoría de las familias que han decidido buscar otros caminos, son profesionales con hijos menores de 15 años,mujeres embarazadas. Todos saben que no es fácil, que a los venezolanos no les sucede como a los cubanos que vienen e inmediatamente el estado americano se hace cargo de ellos, pero deciden luchar por conseguir una vida diferente.

Patricia se siente satisfecha porque los que se han acercado son personas conscientes y solidarias con los que llegan en las mismas condiciones. Al principio, les cuesta pedir, pero hay situaciones que les obliga a tomar esta decisión y cuando finalmente reciben lo que necesitan, es enorme el agradecimiento que expresan.

El storage, es decir, donde tienen almacenados los donativos, está ubicado frente a El Arepazo I en El Doral, precisamente uno de los puntos de encuentro de muchos venezolanos y a donde llegan siempre a solicitar ayuda. Asegura Patricia Andrade que es impresionante la oleada que se ha presentado en los últimos meses, cuando la desesperación por la falta de comida y medicinas ha afectado a muchas familias.

Desde Raíces también están intentando que las compañías le donen paquetes con los productos básicos de limpieza para los primeros días, pasta de dientes, cepillos, champú, jabones. Todo es bienvenido para las personas que quieren empezar una nueva vida.

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