Venezuela Awareness
Alberto Reverón (Foto VAF)
Alberto Reverón (Foto VAF)
Alberto Reverón (Foto VAF)

10 de Diciembre 2013.- El día D es un término usado comúnmente por componentes militares para indicar el día en que se debe iniciar una operación de combate. Sin embargo, la letra D también es la inicial de la palabra derechos. En Latinoamérica, donde son violentados por sus propios gobernantes, quienes se suponen que se encarguen de promoverlos, existe una red de bribones que evocan la figura de un día D contra sus propios pueblos.

Países como Argentina, donde sus mandataría desacelera la economía y mantiene una promiscua relación con el islam terrorista. Nicaragua donde su gobernante comunista y declarado ferviente anticatólico por los crímenes de la iglesia en tiempos de la inquisición, pero olvida la pedofilia contra su hijastra. Venezuela, donde el gobierno a discreción implanta una dictadura siguiendo las huellas del modelo Cubano. Son países aliados entre ellos, donde existen presos y exiliados políticos, y un sinfín de violaciones a todos los derechos humanos, pero sus objetivos los logran gracias a la unidad que hay entre ellos, para implementar su propio día D.

Por otra parte, países como EEUU, Canadá e Israel que desde su creación como nación no se conocen golpes de estados, y aunque pueden estar pasando por crisis económicas  el sistema democrático permite el libre comercio, haciendo que las esperanzas de progreso económico sean axiomáticas. Pueden incluso pasar por coyunturas políticas que ni en los países comunistas pasaría algún día, pero la independencia de sus poderes permite que se solucionen de manera justa. Los países que se mencionan, los tiránicos y los demócratas, tienen solo una cosa en común, la unidad entre ellos. Los primeros, lo logran por medio de artimañas unitarias, y los segundos, por medio de acuerdos donde todos se beneficien.

Sin embargo, existen países cuya unidad es interna, pueden tener tratos consulares con los tiránicos y acuerdos económicos con los demócratas, pero la dirección gubernamental está supeditada a la dignidad y respeto que cada ciudadano posee de sí mismo. Para ello, no hace falta analizar porque algunos países tienen mejorías económicas o democráticas, y otros no, aunque esto implica una mejor calidad de vida, pero más allá de ello, está el día D de cada ciudadano, donde cada persona respete su principios, colabore con mejorar sus deberemos dentro de sus localidad. Valga el ejemplo de respetar las señales de tránsito, o de no tirar la basura a la calle. El ejemplo más significativo es el chip, ese mismo que hace a una persona razonar o dejarse llevar por sus instintos. Esa es la diferencia más sustancial entre los países ricos y los que no lo son. Pero desde luego, que los países pobres, al no vivir en democracia viven en libertinaje, y sin saber si lo que hacen es bueno o malo para su nación, convirtiéndose en un ciclo vicioso del que solo pocos pueden salvarse, sin dejarse arrastrar por la inmensa mayoría de quienes no han mejorado su chip.

Latinoamérica y cualquier parte del mundo,  que quiera progresar tendrá que tener su propio día D, pero civil, donde cada persona haga lo posible por mejorar su calidad de vida concientizando los deberes ciudadanos que tiene que cumplir, y manteniendo una cordial relación con su comunidad, para ello se debe tener el ejemplo de esos países, que aunque gusten o no, tienen unidad y lo que uno hace el otro sin envidias lo copia, todo con una sola finalidad, pero esta vez, el fin último es el primero, el de la democracia.

El día D visto por los militares es una operación organizada, donde hay una esquematización jerárquica, instrumentos de ejecución, ejercicios previos y fechas límites para cumplir los objetivos, pero visto por los civiles, donde todos esos elementos no se pueden concretar de igual forma, es tal vez un poco difícil de realizar. Solo el uso de la constancia en los derechos y el ejemplo en los deberes ciudadanos, puede permitir que el día D, el de los demócratas, el que no es armado sino que usa la dignidad, llegue a concretarse. Solo así, se podrá tener la tan merecida democracia en donde las dictaduras son un poco más que una sombra tambaleante, en un mundo globalizado donde lo que ellos hacen tiene repercusiones en otros países.

Es una tarea difícil, pero no imposible. En justa razón Albert Einstein dijo en su momento “Solo en tiempos de crisis la imaginación es más fuerte” Las crisis que azotan los países de Latinoamérica, puede resolverse con el compromiso de cada ciudadano de cambiar su chip y tener su propio día D, no será en masa como mucho esperan, pero con imaginación, puede hacer que su actuar se contagie a quienes cansados de los embates del socialismo, abrasen el recorrido a la libertad. Solo hace falta la alegría de saber que el secreto del triunfo radica en la constancia, solidaridad, imaginación, pero sobre todo, mucho optimismo por el compromiso de siempre mantener presente la meta, que más pronto que tarde, los países latinoamericanos alcanzaran.

Alberto Pérez Reverón

Periodista venezolano promoción 2013 y activista de los DDHH

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