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CRISTINA SILVA

Los líderes republicanos de la Florida han comenzado a trabajar en un proyecto de ley contra los inmigrantes indocumentados basado en la recién aprobada ley de Arizona que ha provocado amplias protestas y un debate nacional e internacional sobre las leyes de inmigración de Estados Unidos.Según el proyecto de ley, la policía tiene amplios poderes amparados por las leyes estatales para pedir a sospechosos pruebas de su residencia legal, dijo el representante William Snyder, republicano por Stuart, quien planea presentar el proyecto de ley en noviembre.

“Hay partes importantes del proyecto de ley de Arizona que planeo incorporar”, dijo Snyder.

El proyecto, que se presentaría durante el período legislativo de abril, ya ha ganado un amplio apoyo en el Partido Republicano.

Los líderes de la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes de Florida dijeron que es necesario un nuevo enfoque para responder al fracaso del gobierno federal en el control de la inmigración ilegal.

La iniciativa tiene el respaldo de los dos principales candidatos republicanos a gobernador del estado: el empresario Rick Scott y el procurador general Bill McCollum, cuyo despacho ayuda en la redacción del proyecto de ley.

Snyder, que fue policía, dijo que el proyecto de ley es necesario para proteger a los inmigrantes indocumentados, que son vulnerables a empresarios abusivos y delincuentes violentos.

“Es un asunto de derechos humanos”, aseguró Snyder. “Ellos no disfrutan los mismos derechos y privilegios que usted y yo. La solución es hacer cumplir las leyes que están en vigor y desalentar a la gente a venir a ‘buscar una mejor vida’, cuando en realidad vienen aquí y se convierten en víctimas”.

Defensores de los inmigrantes y legisladores hispanos calificaron la iniciativa de un ataque inconstitucional a las comunidades minoritarias.

“La reacción es: ‘¿Qué? Esto es ridículo’ ”, dijo Neelofer Sued, abogado de inmigración de Tampa oriundo de Pakistán. “Se supone que usted está dentro de la ley hasta que se pruebe lo contrario. Esta ley es como decir que ‘creemos que usted es culpable a menos que pruebe que es inocente’ ”.

El representante J.C. Planas, republicano por Miami, la calificó de ardid publicitario en un año electoral.

“No comprendo cómo alguien puede pensar que la ley de Arizona es buena para la Florida”, manifestó Planas, presidente del Concilio Legislativo Hispano de la Florida. ‘‘Es una enorme pérdida de capital político”.

En un año electoral marcado por la oposición a los titulares de cargos políticos, los líderes del Senado y la Cámara aseguraron que la situación está madura para una reforma de las leyes de inmigración.

“Lo que queremos es estimular la inmigración legal y desalentar la ilegal”, dijo el el próximo presidente del Senado, Mike Haridopolos, quien advirtió que cualquier cambio debe basarse en la forma en que la ley de Arizona se implemente después que entre en vigor el próximo mes.

Líderes republicanos en Pennsylvania, Rhode Island, Minnesota, Carolina del Sur y Michigan han hecho promesas similares de iniciativas como la de Arizona, en medio de críticas cada vez mayores de que el gobierno federal no protege adecuadamente las fronteras.

Grupos de derechos civiles como la ACLU han presentado demandas contra el proyecto y se espera que el gobierno del presidente Barack Obama haga lo mismo.

Los críticos se cuestionan por qué los legisladores de la Florida estudian la posibilidad de aprobar una medida que todavía no se ha probado en Arizona, incluso mientras enfrenta impugnaciones jurídicas.

“La propuesta del representante Snyder no resuelve nada, se aprovecha de la preocupación del público sobre la inmigración y sólo crea nuevos problemas”, dijo Howard Simon, director ejecutivo de la ACLU en la Florida.

La tensión se ha convertido en algo común para los candidatos de ambas partes del espectro político.

Alex Sink, candidata demócrata a la gobernación, ha destacado el respaldo a la ley de sus oponentes republicanos en discursos en todo el estado.

“Ella se opone a la ley en Arizona’’, dijo Kyra Jennings, portavoz de la campaña de Sink. “La candidata cree que es una discriminación injusta contra ciudadanos norteamericanos. Ella vetaría este tipo de ley”.

Hacer campaña a favor de hacer más estrictas las leyes de inmigración es una estrategia de elección peligrosa, dijo George González, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Miami (UM).

“Es una forma de canalizar hacia un grupo la ira y la frustración del público por la situación laboral y aprovecharse de este grupo también”, dijo González.

Sin embargo, es algo que también podría enfurecer a los electores hispanos, un importante sector en el cada vez más diverso panorama político de la Florida, agregó González.

La población estimada de inmigrantes indocumentados en la Florida es la tercera mayor del país. Arizona está en el séptimo puesto. Aunque la población de indocumentados de la Florida ha disminuido 10 por ciento en los últimos 10 años, en Arizona ha aumentado en 42 por ciento.

“Nada de esto es a prueba de errores”, dijo González. “Podría explotarle en la cara de los republicanos de una forma u otra”.

Snyder dijo que no quiere que su ley desate las mismas acusaciones de racismo que ha provocado la decisión de Arizona.

Su ley podría modificarse, dijo, porque sólo permite a las autoridades verificar el estatus migratorio durante un arresto potencial o una infracción de tránsito. En Arizona las autoridades tienen que pedir documentos legales durante cualquier detención si existe una “sospecha razonable”.

Determinar la redacción del proyecto de ley precisa será difícil, reconoció Snyder, que recientemente defendió sus puntos de vista en Fox News.

“La frase ‘sospecha razonable’ pone nerviosa a la gente”, dijo.

No obstante, Snyder dijo que la versión definitiva de la ley se aplicaría de forma igual a todos los inmigrantes indocumentados, sin que tenga nada que ver el color de la piel ni el origen étnico.

“Nunca en mis 32 años he sido acusado de utilizar la palabra n… , ni tampoco de tener ninguna motivación racial”, dijo Snyder. “Todo el que me conoce puede decir que no tengo ni una sola gota de sangre racista en el cuerpo”.

A Cristina Silva se le puede llamar al teléfono             (727) 893-8846       o escribirle a [email protected].

 


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