Imprimir

Associated Press

La oposición a la ley de inmigración de Arizona crecía el martes, mientras México advirtió a sus ciudadanos sobre una “atmósfera política adversa” en ese estado y pidió que sus ciudadanos actúen con prudencia y respeten las leyes.Por su parte, el secretario de Justicia, Eric Holder, declaró el martes que el gobierno federal podría impugnar la nueva ley.

La medida, que el presidente Barack Obama ordenó fuera estudiada por el Departamento de Justicia, podría dar lugar a abusos, indicó Holder en conferencia de prensa. Añadió que su departamento y el de Seguridad Nacional están analizando la ley.

Varios políticos mostraron reacciones mixtas el martes a la polémica medida.

Meg Whitman, favorita a ganar las primarias republicanas en California, declaró que Arizona está adoptando el enfoque equivocado.

El senador republicano John McCain se mostró a favor de la medida en el Early Show de la cadena CBS e indicó que su estado necesita esa ley porque el gobierno del presidente Barack Obama no ha logrado “asegurar nuestras fronteras”, y llamó la situación en su estado “la peor que he visto”. McCain, que está en peligro de perder su escaño, era hasta hace poco uno de los principales propulsores de la reforma migratoria.

El ex gobernador de la Florida Jeb Bush dijo a Politico.com que: “[La ley] crea consecuencias imprevistas. Es difícil para mí imaginarme cómo se pondrá en vigor. Impone una carga significativa a la policía local y toca libertades civiles medulares”.

Mientras, el fiscal municipal de San Francisco, Dennis Herrera, declaró que ya ha empezado a investigar si su ciudad puede cancelar contratos con Arizona, aunque no quedó claro cuántas empresas quedarían afectadas por ello.

Herrera dijo que San Francisco se opondrá a la medida de Arizona tal como se opuso al apartheid en Sudáfrica, a la represión de los católicos en Irlanda del Norte y a la discriminación contra los homosexuales.

“San Francisco siempre ha ejercido liderazgo en los temas de peso moral”, expresó Herrera.

El alcalde de Phoenix, Phil Gordon, quien se opone a la ley de Arizona, le pidió a las autoridades de San Francisco que esperen un poco antes de tomar medidas tan drásticas.

Los activistas e inmigrantes han organizado protestas a nivel nacional el sábado para protestar contra la ley, la cual requiere a la policía interrogar a cualquier persona sobre su estatus migratorio si existen razones para sospechar que es indocumentada.

El debate promete ir más allá de las protestas y programas de entrevistas para llegar a corte, donde se podría pedir a un juez que decida si el Estado puede imponer leyes que hasta ahora eran dominio exclusivo del gobierno federal.

El rechazo creció mientras grupos opuestos a la ley usaron frijoles refritos para dibujas esvásticas en el Capitolio de Phoenix, líderes de derechos civiles y otros demandaron un boicot contra Arizona y se organizaba una recogida de firmas para llevar la normativa a referendo.

Los activistas planean impugnar la ley para impedir que entre en vigor, argumentando que irrumpe en la autoridad del gobierno a para regular la inmigración y que viola los derechos constitucionales de las personas al dar demasiado poder a la policía.

La ley –que entrará en vigor a finales de julio o principios de agosto– declararía que estar en Estados Unidos en forma ilegal es un delito bajo la ley estatal. La medida ordena a las autoridades estatales y a la policía local a interrogar a las personas sobre su estatus migratorio si hubiera razón para sospechar que son indocumentados.

“Si usted luce o suena extranjero, estará sujeto a interminables peticiones de la policía para confirmar u identidad y confirmar su ciudadanía”, declaró Alessandra Soler Meetze, directora ejecutiva de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Arizona, que podría iniciar una acción legal contra la medida.

Actualmente, muchos departamentos de policía en EEUU no preguntan el estatus de inmigración de las personas a menos que hayan violado la ley en alguna otra forma. Muchos departamentos dicen que detener a un individuo para interrogarlo sólo conseguirá desalentar a los inmigrantes a cooperar con las autoridades.

Según la nueva ley, los inmigrantes en Arizona incapaces de demostrar que se encuentran legalmente en EEUU, podrían ser arrestados, encarcelados por hasta seis meses y recibir una multa de $2,500.

Los arrestados en Arizona podrían ser entregados a la policía de inmigración. El gobierno federal, según los opositores, podría rehusarse a aceptar esos detenidos.

Los partidarios de la ley dijeron que es necesaria para proteger a los residentes de Arizona. Ese estado alberga a un promedio de 460,000 indocumentados. Brewer ha ordenado a los funcionarios estatales que desarrollen un curso de entrenamiento para que los policías aprenden cómo detectar a un indocumentado.

El martes varios cónsules latinoamericanos calificaron la ley de racista, y un cónsul mexicano aseguró que “ha nacido muerta al ser derrotada por la opinión de la gente inteligente”.

Los cónsules de países como México, Ecuador, Venezuela, Bolivia y República Dominicana criticaron la medida poco antes de que organizaciones de inmigrantes se unieran en el centro de Nueva York para condenarla en rueda de prensa.

“El sol del desierto les secó el corazón en Arizona”, declaró el cónsul ecuatoriano en Nueva York, Jorge López, a los medios de comunicación.


© 2010 El Nuevo Herald. All Rights Reserved.
http://www.elnuevoherald.com

SHARE