Por Maria Luisa Vicentini

Un agente gobiernero creyó ser genial al decir hace poco que “no es lo mismo un preso político que un político preso”. El hecho es que cualquier persona injustamente privada de su libertad es una tragedia, es una violación de los derechos humanos fundamentales. Parece que aquí nos estamos acostumbrando a sobrellevar todo tipo de injusticias, y esa apatía es lo peor. Hay muchos que creen que por pasar agachados “conmigo no se van a meter”. Se equivocan, señores y señoras, aquí no se salva nadie. ¡Si entre ellos mismos se están cayendo a mordiscos! Afecta escuchar personas diciendo que nuestra única esperanza es que su propia codicia los destruya. O sea, ¿nos sentamos a esperar unos 4 ó 5 años a ver si eso ocurre? ¿Mientras tanto qué? Aceptamos mansamente el cierre de RCTV, la privación de libertad y los maltratos a todos los que opinen diferente al gobierno? Nos quedamos cruzamos de brazos ante las injusticias cometidas contra los comisarios Forero, Vivas y Simonovich, ilegalmente retenidos y maltratados desde 2004 cuando fueron vilmente traicionados y entregados en bandeja de plata a la Disip por la Embajada de El Salvador?¿ Contra la condena del General Francisco Usón por explicar como funciona un lanzallamas?  ¿La injusta prisión del General Felipe Rodríguez, a quien zarandean de un lugar a otro desde 2005? ¿El capitán Otto Gebahuer, condenado a 12 años de prisión porque vio llorar a Chávez en abril 2002?

No salgo de mi asombro (pues si, todavía no pierdo la capacidad de asombrarme) respecto a los grandes eventos preparados para justamente este fin de semana; por ejemplo, el concierto en la UCV del fabuloso Luis Miguel. Por más que admiro al mexicano, espero que el estadio quede vacío, o que el cantante se sorprenda al ver que toda su audiencia es una mancha roja. El Teatro Negro de Praga en el Teresa Carreño; un concierto de música de los Beatles interpretado por grandes cantantes venezolanos, y otros ciudadanos estarán  muy ocupados con las fiestas de Primera Comunión de sus hijos. ¿Es que no está claro lo que nos estamos jugando este fin de semana? ¿Acaso los presos arriba mencionados y las últimas “adquisiciones” del gobierno en 2007, como el General Ramón Guillén, Capitanes Wismerk Martínez y Rafael Medina, Mayor William Leal, y los licenciados Sandra Goncalvez, Daniel Fernández y Edgar Valero no cuentan? ¿Ustedes creen que ellos y sus familias están para musiquitas? ¿Habrá venezolanos que dejen que los demás arriesguemos el pellejo en la calle mientras ellos cantan y bailan felices como si la tragedia de perder la democracia no es con ellos?

Como dice Omar Lares: Se cansa uno…