Trinchera” Desde una tierra que presagia fuego…
Radio Mambí, la Grande (710 AM)

Hoy ya estoy de regreso en Miami, alistándome para retornar en breve a Caracas que es el lugar donde debo estar… Puedo decirles que cada actividad que realicé al lado de las heroicas mujeres de MAR Por Cuba, tanto en París como en la ciudad de Ginebra fue provechosa y acertada… Pensar que levantar voces denunciantes, voces de alerta que despiertan la atención sobre tiranías viejas y nuevas que buscan pasar en silencio sus crímenes y violaciones a los Derechos Humanos no es importante, sería un gran error. La presencia sistemática y valiente en Foros e instancias internacionales debe ser constante.

Puedo decirles que allá en París y en Ginebra, conocer de la terrible realidad que vive el pueblo venezolano ahora secuestrado por la infamia de un caudillo militar bananero, enfermo de ambición y adueñado del Poder fue para muchos impactante.

Consignarle videos y pruebas irrefutables de violaciones aberrantes a nuestros elementales derechos y libertades les mostró a muchos la realidad que una campaña millonaria y canalla financiada con los dineros del Estado y Pueblo venezolano, orquestada por lo peor y más vil de una izquierda delincuente, globalizada ya para la desestabilización y la desinformación y avocada a vender a déspotas como Fidel Castro y su carnal Hugo Chávez como neodemócratas de un mundo ganado para el servilismo, el culto a la personalidad y la miseria como única forma de garantizarles a ellos y sus camarillas la permanencia vitalicia en el poder tiránico, consignarles como les digo esas pruebas de –por ejemplo- la aberrante Lista de Tascón, o las imágenes grotescas de Chávez y Aristóbulo Istúriz manipulando el cerebro y la voluntad de la pequeña Nazareth Padrón fueron concluyentes.

Eso junto a los ataques a periodistas y Medios de Comunicación, y sobre todo de la aclaratoria de que para los que andamos dentro y fuera de Venezuela denunciando y combatiendo ese régimen oprobioso y nefasto no representamos una prueba de que ellos sean demócratas o respetuosos de los Derechos Humanos, sino que somos voces de un pueblo que se revela contra un neotirano grotesco que día a día pretende conducirnos por los espantosos senderos que por casi medio siglo transita el pueblo cubano.

Hablar en Ginebra, frente a representantes de organizaciones de defensa de Libertades fundamentales y Derechos humanos, de los espantos de una Venezuela tomada por la violencia y la impunidad, norma impuesta por el propio déspota gobernante, hablarle a ese auditórium del dolor de la Familia Sindoni, de la Familia Faddoul, de la familia de Jorge Aguirre. Hablarles de los caídos durante estos siete años de horror castro-chavista me permite decirles que ningún esfuerzo ni ningún auditórium debe ser obviado. Que no es tiempo de pausas sino de afanes y acciones para poder recuperar nuestra patria para la libertad.

Consignar en París y en Ginebra, tanto en los Organismos de Derechos Humanos como en instituciones gubernamentales de ambos países las listas de presos políticos. Los expedientes recopilados por Patricia Andrade incansable luchadora por los Derechos Humanos en Venezuela fue realmente importante. Estar allá junto a Sylvia Iriondo y el resto de la Delegación de las Mujeres anti Represión de MAR por Cuba, junto a disidentes, expresos políticos de la tiranía castrista, junto a Blanca González una madre doliente con su hijo Normando Hernández González muriendo de olvido y torturas en una cárcel tenebrosa de Cuba, por el delito de ser un periodista independiente, estar con ellos me hizo saber que con ellos y conmigo estaban los padres de Keyla Guerra la niña asesinada por Goubeia en Altamira aquel sangriento 6 de diciembre de 2002, los otros caídos esa espantosa noche… Que mi voz se levantaba allá por los masacrados en Puente Llaguno, por los caídos un día como hoy cuando valientes marchaban para sacar del poder a un traidor militar que ha entregado la patria al tirano asesino Fidel Castro y usa las riquezas del pueblo venezolano para comprarse cómplices y financiar a sus socios, a sus secuaces que están buscando adueñarse de otros países de una América más amenazada que nunca por ese verdugo, por ese sociópata llamado Fidel Castro. Que con todos también estaba el grito denunciante por Maritza Ron, caída también el Altamira defendiendo la voluntad de un pueblo que mayoritariamente pedía revocarle el mandato presidencial a un canalla. Por Antonio Castillo masacrado en una calle en Caracas, por Haydee Castillo y Antonio López sus padres. Por esas mujeres venezolana, esposas, hermanas madres… Ellas que lloran por un tiempo de espanto que les arrebata a sus hijos y les convierte la patria en un infierno. Por los quemados de Fuerte Mara, por los soldados de la Plaza Altamira, secuestrados, torturados y asesinados…

Por mis compañeros periodistas perseguidos y acosados… Por los desterrados, por los presos, por los perseguidos… Por los valientes y valiosos empleados de la Industria Petrolera sacados de sus puestos de trabajo y perseguidos y marginados por un régimen de déspotas… Por los olvidados, por los que no podemos permitir que sus vidas y sacrificios hayan sido inútiles. Todos estaban allá en París y Ginebra, dándome el coraje para denunciar, dándome la fuerza para continuar…

No deseo extenderme más en esta Trinchera, la primera que hago desde que ayer regresé a Miami. Hoy, en la Mesa Redonda, espacio que dirige y conduce Armando Pérez Roura director de Radio Mambí, tendré una hora completa para detallarles esta nueva jornada de lucha escenificada en París y en Ginebra. Ahora sólo les digo que vengo con más fuerzas, con más coraje a seguir luchando tanto por mi patria Venezuela, como por Cuba, hermanadas en la tragedia más dolorosa que pueda nadie imaginar…

Decirles que al vociferante neotiranomilitar que con un show ridículo contra el gobierno norteamericano y su representante en Caracas, el embajador William Brownfield, no tapará la realidad de impunidad, de muerte, de persecución, de hambre, de espanto y terror que se ha enseñoreado en Venezuela con su arribo al Poder. Que no nos dispersará la lucha. Que sus templetes ridículos y sus desplantes obscenos sólo son la prueba de lo bajo que ha caído nuestra Patria al haber permitido el arribo de un traidor que ha entregado Venezuela al gran chulo cubano, que pretende reeditar la misma infinita tragedia de la Patria de Martí, y que desesperado busca silenciar las voces de los que con firmeza sabemos que sólo nosotros los venezolanos podremos restituir la Democracia y volver a transitar caminos de justicia y libertad.