Por Milos Alcalay

La semana pasada vivimos otro capítulo más de la escalada anti-norteamericana a la que nos tiene acostumbrado el Gobierno, quien anunció la ruptura con la DEA, acusó de espionaje a los agentes que cumplían acuerdos de cooperación con la CONACUID y destacó su deseo de exigirle en el futuro visa a los ciudadanos americanos

Estas decisiones podrian ser actos válidos de la Administración, si fuesen adoptados en base a criterios institucionales, pero sabemos que en el fondo lo que existe es una clara intención política de radicalizar la dialéctica de la confrontación con los Estados Unidos. Solo que ésta vez, las bravuconadas revolucionarias podrían constituir un rudo revés a la credibilidad del país, aumentar el aislamiento de Venezuela, y multiplicar los riegos perversos de la droga ilicita que podría campear por el país a sus anchas.

Los países del mundo han unido esfuerzos debido al enorme poder de la mafia internacional del narcotráfico, ya que saben que solos no pueden vencer al poder económico y corruptor de la droga..Durante varias décadas la ONU, la OEA, la Unión Europea y una infinidad de instituciones internacionales han auspiciado acuerdos, y logrado la uniformidad de leyes con el fin de intensificar la lucha contra el trafico ilicito de estupefacientes, concluyendo que es necesario que se le de el apoyo transnacional a organismos con experiencia internacional como la DEA, ya que la unión entre organismos policiales solo tendrá éxito, si colaboran entre si.

Resulta incomprensible que Venezuela se aisle del cumplimiento de acuerdos internacionales. Pero más grave aún, es no medir las consecuencias que pueden derivar del hecho de que nuestro país le cierre las puertas a una institucion tan eficaz como la DEA.

Venezuela hasta este momento, es considerado un pais de tránsito de drogas. Al romper con organismos policiales internacionales, el enfrentamiento aislado de nuestra policía, aumentará nuestra fragilidad y nos expondremos en convertirnos en un país narco-complaciente, abierto al cultivo ilicito de drogas, y poniendo a las jovenes generaciones al riesgo del consumo de drogas. Podríamos pues, convertirnos en un pais de tránsito, cultivo y consumo de drogas. Un verdadero epicentro de ilegalidad.

Los argumentos que han venido utilizando nuestros voceros del Ejecutivo en contra de la DEA, son los mismos que ha venido utilizando el narcotrafico en Colombia, o los argumentos de líderes cocaleros como Evo Morales, y por supuesto anti-americanos como Fidel Castro. La narco guerrilla colombiana podrá tener una fácil utilización del espacio venezolano además del reconocimiento que ya tienen las FARC y el ELN en el plano politico.

En relación al argumento de aplicar la reciprocidad al exigirle visas a los americanos, sería conveniente recordar, que el otro principio que tambien rige en la materia, es el de interés nacional. ¿Habrá medido el gobierno las consecuencias que podría tener esta decisión en lo económico, turístico y petrolero? . Esa posición no parece el resultado de una Politica Consular, sino el de la utilización de la Politica en lo Consular.

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